Blog - Al Alba

por Mariano Gistaín

Restauración sin república

La irrupción de Aznar ha traído una apariencia de algo al estancamiento total de la vida española. Esta languidez ya es irreversible. Se han rescatado los bancos y ya no queda nada que hacer... hasta el próximo rescate de los bancos, que ya se anuncia como otra inminencia o inmanencia. Instalados en el absurdo, todo es posible... siempre que sea lo mismo.


La parálisis es tanta que tiene que emerger el espectro de Aznar con su extraño bigote para que haya una noticia. Se agradece esta aparición, pero no ha sido estímulo suficiente para animar las ventas. Una lástima. A la vida real, al comercio, por ejemplo, esta emulsión aznarí no le ha servido de nada.


Seguimos en la Restauración (sin haber pasado por la correspondiente república), de manera que no hay que esperar mucha actividad. Algo para disimular, recortes, re-rescates y algunos latigazos de nostalgia. A Aznar lo han entronizado a la hora de la  cena como si fuera un capítulo piloto de Cuéntame. Pero todo sigue igual. Al grupo (salvaje) de las Azores se le pasó la florada. Estamos en una Restauración dentro de la restauración.