La transparencia es un negocio... en otros países. Aquí estamos en la trasapariencia. Un concepto nuevo y viejo a la vez. Cambiar algo para seguir igual. Viejísimo. La transapariencia es una mezcla variable de transparencia simulada, una apariencia, un quiero y no me atrevo.

Una web muestra los recorridos de los trenes en España en tiempo real (positren.nebulacodex.com), pero como no hay datos buenos han tenido que programar un algoritmo que deduzca los movimientos.

Los datos públicos y sus combinaciones revelarían ya las tripas del estado y sus fantasmas: la médula del sistema y su relación con el mundo. Se intuyen, los tenemos en la punta del navegador... pero no están.

La primera utilidad es para las propias administraciones que liberan o publican esos datos: ellas mismas no saben bien cuál es su situación hoy; tienen que remitirse a los datos del trimestre anterior, a oscuras predicciones, deseos, augurios.

La fase de transapariencia es pasajera. No es posible resistirse a los tiempos. Pero sí es posible llegar tarde.

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¿Por qué es importante la transparencia institucional en la era de Internet?

http://www.consumer.es/web/es/tecnologia/internet/2012/12/03/214302.php