Esperanza Aguirre salva al Estado, al menos por unas horas. Cuando todo es angustia y zozobra porque Europa no rescata ni contesta, va ella, saca un tema de repuesto y salva la mañana.

Cuando estamos esperando las primeras catas de los evaluadores de bancos, cuando nadie dice nada, cuando las 24 horas de Rajoy transcurren como guillotinas sin que el merkelato mande una señal, va la presidenta de Madrid DF y lanza el viejo tema: fútbol, himnos, nacionalismos, etc.

Temas rancios de cuando España iba bien y se hablaba de todo a la vez entre cáscaras de gambas. Ahora solo hay un tema: sobrevivir. Y la salida a bolsa de Facebook.

-¿A cuánto va el megusta?

-Ha caído.

El viernes debería haber algo programado: una nueva reforma bancaria, un rescate, una nacionalización, un decretillo... Sin embargo, solo hay una final de la Copa del Rey.

Y la educación parada, que es más que una huelga general.

España no insufla contenido al mundo. Solo espera una llamada o un cheque. Y eso es lo peor. No hay storytelling de repuesto.

La emergencia no deja ver lo urgente.

Hay que buscar temas nuevos. Comprar Marruecos. Lo que sea. Expandirse desde la deuda. Como dice o debería decir Obama, la austeridad está afectando a la inspiración. O será el hambre.