Flores de almendro para anunciar el final del invierno

Bienvenidas. El tiempo es muy frío pero los almendros están a punto de caramelo. Forman parte de ese pecular grupo de especies que abren sus flores a principios de año y que siempre sorprenden al paseante. Son tantísimas sus flores y tan fértiles que ni siquiera supone un problema para el árbol que lleguen heladas tardías y solo el agricultor que los cultive se lamentará.


Este árbol ha simbolizado durante miles de años la llegada de la primavera, un acontecimiento fundamental para el ser humano, que pasaba larguísimos inviernos con alimentos escasos. La superstición explicaba el paso de las estaciones con victorias y derrotas de dioses y el solsticio de invierno simbolizaba la muerte de la vida. Cuando los días empezaban a alargar y árboles como el almendro despertaban, se había logrado evitar el desastre un año más.


El almendro es un árbol silvestre que ha mantenido su carácter a pesar de su domesticación. Sigue creciendo en terrenos secos y pobres y resulta llamativo verlos florecer en lugares abandonados. El ejemplar de la fotografía crece junto a la bella Torre del Mirador, en Miraflores, a las afueras de Zaragoza. El edificio está medio derruido pero el árbol que se eleva en su patio interior sigue tan lleno de vida como siempre. Y florecerá durante muchísimos años más.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión