El arte de sentir, un privilegio al alcance de todos

El arte de sentir, un privilegio al alcance de todos

Del amor a la ira y de la sorpresa a la decepción. Una colorida paleta de emociones primarias que permiten disfrutar de la vida y el arte en diferentes planos.

El arte de sentir, un privilegio al alcance de todos
El arte de sentir, un privilegio al alcance de todos

El rubor en las mejillas de los más pequeños al descubrir ilusionados que los Reyes Magos no se han olvidado de ellos, su sorpresa al ver que del vaso de leche y los turrones que les dejaron apenas quedan unas miguitas, alegría incontenible cuando desenvuelven lo esperado y una mirada de infantil disgusto cuando descubren el trocito de carbón que les recuerda que hubo un día en el que no se portaron del todo bien… Los sentimientos primarios se adueñan de las casas cada vez que la llegada de los de Oriente se acerca, y es que es en los niños donde estas emociones inherentes al ser humano están menos reprimidas y donde pueden recorrer desenfrenadas sus cinco sentidos.


Pero no solo el Día de Reyes y la infancia dan rienda suelta a los sentimientos primarios, el arte en cualquiera de sus facetas permite que estas emociones afloren y nos cautiven, recordándonos aquellas cosas que una vez nos emocionaron y que nos invitan cada día a redescubrirnos a nosotros mismos. Y es que, al fin y al cabo, el ser humano es el único que puede comprender sus sentimientos, un don que nos hace únicos y que nos permite disfrutar de lo que nos rodea, ya sea esa canción que consigue que las lágrimas broten sin sentido, un ballet que eriza la piel durante segundos o el placer de poder sentarse frente a un cuadro durante el tiempo que se desee.


Además, los sentimientos son el motor principal de todas nuestras acciones, y gracias a ellos nuestras relaciones afectivas con todo lo que nos rodea son mucho más poderosas, intensas y mágicas. Son parte del engranaje que permite amar algo con locura, detestarlo sin explicación, sorprenderse con algo que ya se conocía o tener interés por probar lo nuevo; un conjunto de herramientas que permiten percibir el mundo como lo que es: una auténtica obra de arte.


En Enate, una de las bodegas más emblemáticas del Somontano, trabajan cada uno de sus vinos con el afán de ilusionar, sorprender y enamorar en cada sorbo a aquel que les confíe sus sentidos. Por eso, a través del color, el aroma y el gusto, y con la ayuda inestimable de las obras de arte que visten todos y cada uno de sus vidrios, embriagan las emociones de quienes comparten una botella de vino y brindan por la salud de aquellos a quienes aman, pues el anhelo de quien hace las cosas con mimo es que se disfruten del mismo modo.