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Zaragoza vive una avenida ordinaria del Ebro sin afecciones en la capital

Los alcaldes de pueblo de la ribera coinciden en que son necesarias medidas urgentes que minimicen los riesgos de estas avenidas, ya que incluso cuando son ordinarias, afectan de manera considerable a los cultivos.

Imagen de una avenida ordinaria en el Ebro a su paso por Zaragoza
Zaragoza vive una avenida ordinaria del Ebro sin afecciones en la capital
R.F.E.

El río Ebro a su paso por Zaragoza ha alcanzado 4,23 metros de altura y 1.449 metros cúbicos por segundo, una avenida ordinaria que se puede mantener 22 horas y que no ha causado afecciones en la capital, aunque sí ha anegado unas 3.000 hectáreas de cultivo en varias localidades de la Ribera Alta.


El Gobierno de Aragón, ante las previsiones de crecida del río, había activado la fase de preemergencia del Plan Especial de Protección Civil de Emergencias ante Inundaciones, aunque según han informado fuentes del Ejecutivo, no ha habido ni una sola llamada ni se ha tenido conocimiento de ninguna incidencia.


Tampoco han tenido trabajo los bomberos de Zaragoza, a quienes no se ha avisado ni para achicar agua de garajes, algo normal sobre todo en la zona del Actur, más cercana al Ebro, que habitualmente se inunda con las crecidas del río, aunque sean ordinarias.


La de este viernes ha alcanzado, a las 14.00 horas, 4,23 metros de altura y 1.449 metros cúbicos por segundo, un nivel que se puede mantener hasta 22 horas según las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que podrían varias en función de la meteorología.


En las localidades de la Ribera Alta del Ebro, donde este jueves quedaron anegadas unas 3.000 hectáreas de cultivo, el nivel del río ya está disminuyendo, aunque muy lentamente, pero en la zona no bajan la guardia teniendo en cuenta que las previsiones meteorológicas anuncian nuevas precipitaciones en el norte, y por tanto la posibilidad de otras crecidas del cauce.

Quejas de los alcaldes


Los alcaldes de pueblos como Novillas, Gallur, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá de Ebro o Mallén, entre otros, coinciden en que son necesarias medidas urgentes que minimicen los riesgos de estas avenidas, ya que incluso cuando son ordinarias, como es el caso, afectan de manera considerable a los cultivos, y todos han apuntado la limpieza del río como principal solución a las inundaciones.


El edil de Novillas, José Ayesa, ha indicado que en su término municipal el río llegó ayer a los seis metros de altura y más de 1.500 hectáreas han quedado anegadas, sobre todo de trigo o maíz, y ha lamentado que los agricultores "siempre están condenados a perder, por una cosa u otra", más en este caso en el que las líneas de seguros todavía no estaban abiertas.


"Esperamos que la Administración se haga cargo" de estas pérdidas o será "la ruina" para los profesionales del campo, ha dicho Ayesa, quien además ha hecho hincapié en que hay que fomentar este sector en un momento de crisis en el que muchos jóvenes están volviendo a los pueblos para dedicarse a la agricultura.


Ayesa ha opinado que es necesario dragar el río para que mantenga su cauce natural y evitar así inundaciones, y ha dicho que no entiende a los ecologistas, a la consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón o incluso al Ministerio por creer que es un "atentado a la naturaleza", cuando se trata de una actividad que se ha hecho toda la vida porque "el río en uno o dos años se regenera".


En este mismo sentido se ha posicionado el alcalde de Boquiñeni, Luis Moncín, quien ha recalcado que si el río se desborda con una avenida ordinaria como ésta es por la vegetación y la grava acumulada, que en pocos años incluso ha cambiado el curso del Ebro y tiene menos profundidad para llevar agua.


Cada año y con cada crecida ordinaria, esta zona de la provincia de Zaragoza sufre los mismos problemas, y con el fin de encontrar soluciones de manera consensuada la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) impulsó la creación de la Comisión Técnica del organismo de cuenca, que se reunió por primera vez en el mes de diciembre de 2007.


La Comisión, que volverá a mantener un encuentro en febrero o marzo, está integrada por representantes de los colegios de arquitectos, biólogos, geólogos e ingenieros de caminos, además de los gobiernos de Aragón, Navarra y La Rioja, el Ayuntamiento de Zaragoza y el propio organismo de cuenca.


Según fuentes de la CHE, los proyectos que se lanzaron a raíz de las primeras reuniones están en estos momentos en la fase de redacción porque son "muy complejos", pero saldrán adelante, ya que son "medidas consensuadas" y "viables" que solucionan el problema de las inundaciones.


La CHE propuso, para la protección de los cascos urbanos de Novillas, Pradilla, Boquiñeni, Alcalá, Cabañas y Pina de Ebro, la creación de cauces de alivio de carácter local, unos canales excavados y revegetados situados algo más altos que el cauce del río para permitir que el agua tenga paso por dos vías cuando crecen los caudales.


También plantea crear zonas de inundabilidad temporal controlada, permeabilizando las motas con canales de drenaje para utilizarlo sólo en situaciones de avenida y con el objetivo de retrasar el desbordamiento de las motas y disminuir los caudales punta.