Un policía acusado de matar al marido de su amante se enfrenta a 20 años de cárcel

El crimen se cometió el 21 de noviembre de 2011 en Valladolid, donde hoy empieza el juicio contra el agente zaragozano por un delito de asesinato. El inculpado niega los hechos.

Una infidelidad descubierta, dos familias destrozadas y un asesinato. Podría ser el guion de una novela, pero es el de las tres acusaciones que están pidiendo penas de hasta 20 años de prisión para José Manuel Martínez Falero, de 55 años, por matar presuntamente a Rufino Arnanz, de 54. El acusado, agente del Cuerpo Nacional de Policía destinado en Zaragoza, es juzgado desde hoy en la Audiencia Provincial de Valladolid, capital en la que se cometió el crimen.


Rufino Arnanz murió el 21 de noviembre de 2011 tras recibir dos certeras puñaladas en el pecho que le partieron el corazón. Un encapuchado que ocultaba su rostro esperó a que saliera de su casa a las 8.00 para ir a trabajar y lo abordó cuando se disponía a entrar a su coche. El atacante cortó y se llevó la riñonera de la víctima y huyó, corriendo y cojeando, por las calles de la capital vallisoletana.


El Grupo de Homicidios abrió una investigación con el robo como inicial móvil del homicidio. Pero pronto lo descartó y se centró en el entorno familiar de Rufino Arnanz. De esta forma, los agentes descubrieron que se trataba de un crimen pasional de libro, cometido supuestamente por un hombre despechado porque el marido de su amante lo había descubierto y había tenido la osadía de contárselo a su propia mujer, lo que le había costado el divorcio.


En el escrito de la Fiscalía –que pide 19 años de cárcel para José Manuel Martínez y 200.000 euros de indemnización– y los de las acusaciones particulares ejercidas en nombre de los dos hijos y la mujer del fallecido –que solicitan 20 años de prisión– se detallan los hechos que acontecieron antes y después del crimen. Así, recuerdan que el policía nacional contactó en el verano de 2009 por internet con la mujer Rufino Arnanz, una antigua novia de la adolescencia. «Lo que parecía un simple reencuentro de viejos conocidos se tornó en una relación sentimental entre ambos más intensa e íntima», afirma el fiscal. Los 500 kilómetros que separaban a la pareja de amantes no fueron óbice para su romance. Pero todo se enrareció cuando el marido descubrió la relación e intentó salvar su matrimonio. Esto incluyó cruces de correos electrónicos recriminatorios y una llamada de Rufino Arnanz a la mujer de José Manuel Martínez en enero de 2011, lo que despertó las iras del policía. El clima de infidelidad dañó los dos matrimonios. La mujer del agente se divorció de él en julio de ese año y su amante le dijo en octubre que ya no quería seguir con la relación íntima, aunque accedía a mantener la amistad.


A partir de ese momento, según la Fiscalía, el acusado se valió de sus conocimientos como policía nacional para planear la muerte de Rufino, a quien consideraba único obstáculo de su relación. Por eso, tomó todo tipo de precauciones para frustrar la investigación como, por ejemplo, fingir un robo y utilizar distintos móviles y una línea telefónica virtual para ocultar los números. El inculpado, al que defiende la letrada Olga Oseira, negó en un principio haber estado en Valladolid el 21 de noviembre. Pero con lo que no contaba es que un radar le pillara a 15 kilómetros de la ciudad minutos después del crimen. Al día siguiente, ya en Zaragoza, fue operado de urgencia de la rodilla (según el fiscal, se rompió la rótula durante la agresión) y al salir de la intervención musitó: «Rufino, Rufino, Rufino, me he arruinado la vida, no sé lo que he hecho con mi vida, me voy a quitar la vida».