Si hay una fórmula que triunfa en cualquier fiesta popular ésa es la de la paella gigante. Lo han podido comprobar este miércoles los vecinos del barrio de Las Delicias, que disfrutado de uno de los platos más 'typical spanish' en la glorieta de Berenguer de Etenza.

La lista de la compra para elaborar la paella era de todo menos discreta. "70 kilos de carne, 20 kilos de marisco, 15 kilos de verdura y alrededor de 70 kilos de arroz", detallaba con precisión quirúrgica Javier Moros, uno de los cocineros. Junto a su compañero Javier Cabrejas forman parte de la empresa Paellas Gigantes Aragonesas que nació hace 32 años en Alhama de Aragón y en cuya nómina figuran cientos de paellas como la elaborada este miércoles en Zaragoza con motivo de las fiestas del Pilar.

"Lo más importante de una paella es el arroz", decía Javier Morós, uno de los encargados del magnífico plato. Y estando en Aragón, los chefs no han querido mirar fuera de nuestras fronteras y han utilizado un arroz 100% aragonés, traído directamente desde Alcolea de Cinca (donde Arroz Brazal tienen la sede de la cooperativa) hasta la paellera habilitada en Zaragoza.

"Es la primera vez que participamos en un acto de este tipo en Zaragoza", explicaba una de las responsables de Arroz Brazal, la Sociedad Cooperativa Arrocera del Pirineo, que patrocinaba la actividad. Desde esta arrocera destacaban que su arroz es único en toda la península porque es el único que se cultiva con agua que baja directamente de los Pirineos. "Queríamos que fuera un acto festivo que a la vez nos sirviera para darnos a conocer en la capital aragonesa", agregaba. 

Y de qué manera. Cuando se han comenzado a repartir las raciones de degustación, a las 14.30, cientos de vecinos de Las Delicias formaban una larga cola en el parque para hacerse con un plato. El cocinero ha señalado que desde las 11.00 había personas pendientes de la preparación de la paella. La previsión era que se despacharan alrededor de 600 raciones.

Unas vecinas de la plaza esperaban a que llegara su turno mientras celebraban que actividades de este tipo llegaran a su barrio. "Soy del barrio de toda la vida y ésta es la primera vez que se hace algo así. Estoy contenta, pero para años futuros me gustaría que el alcalde trajera hasta aquí el Tragachicos, habría mucho más ambiente", explicaba una de ellas, que ha señalado que ha hecho alrededor de una hora de cola.

"Está muy rica. Estupenda", valoraba una de las primeras comensales, entre los que había niños, padres, abuelos y peñistas.