Los superbichos, al rescate de los niños

"Soy la rana Mariana y os voy a comer a todos porque sois unos bichoooosssss". "No, no, noooo", gritan los pequeños que rodean al enorme animal verde que saca su gigante lengua. Mariana es temible: un hinchable de cinco metros de ancho y otros tantos de alto que se paseaba ayer por el Frente Fluvial buscando alimento. El preferido: niños y niñas. Pero la malvada rana Mariana no se va a salir con la suya. Ante la amenaza, surge un rayo de esperanza: 'Los Superbichos'. Abejas, saltamontes y mariquitas se enfrentan a Mariana con un único fin: proteger a los pequeños.


Pili, Lucas, Javi, Toño, Chuse y Jorgito son los encargados de cumplir esta misión. Vestidos de amarillo y negro, verde, y rojo y negro, los miembros de la compañía Coscorrón ponían el punto de humor y diversión a la matinal de ayer. "Llevamos 21 años con el objetivo de hacer un teatro directo, fresco y creativo. Todo tipo de espectáculos y montajes especiales para cabalgatas, carnavales, guateques o pirotecnias, y para todos los públicos", resume Pili Aliaga. Un soleado día en el Frente Fluvial, un escenario más que imprescindible estas fiestas, que volvió a reunir a familias enteras para disfrutar de un pasacalles colorista a la orilla del río Ebro.


Los más jóvenes se acercaban curiosos a la furgoneta que la banda de animación tenía aparcada en este 'balcón' lúdico permanente. Los protagonistas mudan su aspecto gracias a las pinturas y las prendas que los convertirán en esos personajes, salvadores de la infancia. "No hay camerino, así que hay que cambiarse en la calle. Un poco penoso y una falta de respeto", se lamenta Aliaga, mientras se coloca unos zancos. A su lado, Lucas se eleva sobre unos 'jumpers' y corretea levantando la admiración de los chavales. "Yo soy buena y a mí no me va a comer la rana, ¿verdad mamá?", interrogaba María, con cara asustada. "Abejas, abejas", gritaba una señora. Sí, pero no las disfrazadas sino reales. Un panal (no localizado pero, aseguran, presente en la zona desde hace varios días) amenaza la tranquilidad del pasacalles. A un niño se le ha metido una en la oreja y no para de llorar.


"Vamos a descubrir qué divertido es jugar con los bichos", anuncia el saltamontes Javi. "Vamos a poner las manos como los escarabajos. Todos, levantad las manos hacia arriba. Hay que impedir que la comida caiga al río", avisa. Y las decenas de niños, y de padres, que agradecen el calor de los rayos de sol frente al molesto cierzo, imitan a sus héroes, lanzando al aire una enorme bola roja, la 'albóndiga', que dará de comer a la rana Mariana. "En el fondo, los superbichos somos como Supermán. También llevamos una capa roja y protegemos a la población de los malos", concluye Pili Aliaga.