Un nuevo reventón inunda varias calles del centro de Zaragoza
El paseo de Pamplona, la calle Hernán Cortés y el entorno de la Puerta del Carmen se han visto anegados tras el reventón de una tubería este viernes por la noche.
Zaragoza ha vivido una nueva inundación este viernes por la noche. El reventón de una tubería en torno a las 21.20 ha convertido en una balsa de agua el entorno de la Puerta del Carmen, afectando a las calles de Hernán Cortés, Madre Sacramento, Francisco Pizarro, Elvira Hidalgo y al paseo de Pamplona.
Según testigos presenciales del suceso, una gran cantidad de agua ha anegado las calles del entorno de la Puerta del Carmen dificultando el tráfico y afectando a varias líneas de autobús. Los vecinos de la zona se han quedado asimismo sin agua en sus casas por los cortes para facilitar las labores de reparación de la rotura.
Sobre la zona trabajan efectivos de la Policía Local, Bomberos de Zaragoza y varios maestros guardallaves con sus respectivos equipos de operarios.
Desde el Ayuntamiento de Zaragoza se solicita a los ciudadanos que eviten en la medida de lo posible la circulación por estas vías para facilitar los trabajos de los operarios.
Así lo vivía Daniel Lucía, trabajador de un gimnasio aledaño, al que avisaban en torno a las 21.30. "Estaba la calle completamente inundada y no se podía salir ni entrar, a la gente le cubría el agua por encima de los tobillos", afirma.
Éste es el segundo reventón que sufre la ciudad en pocas horas. Cientos de vecinos de Vía Hispanidad se quedaron sin suministro este jueves. La urbanización Parque Hispanidad de Zaragoza, que alberga 600 viviendas y se encuentra en las inmediaciones del lugar en el que se produjo una sobrepresión de las tuberías, ha sido una de las afectadas.
La avería sorprendió a todo el vecindario sobre las 17.00 y, desde entonces, han tenido que ingeniárselas para subsistir, en plena ola de calor, sin uno de los recursos vitales. “Al principio hablaban de cortes intermitentes, pero la realidad es que el agua se cortó ayer por la tarde y todavía no ha vuelto”, apunta Nadia Tarrío, una vecina que reside en el complejo desde hace cuatro años y que asegura “no haber vivido nunca nada igual”.
