La tarde de compras que terminó en la uci tras la tormenta: "El agua se la llevó"

A Daniel Lafuente y Yolanda Fernández les pilló la tromba de camino a Puerto Venecia para cambiar unas zapatillas de su hijo. Un mes después, la mujer se recupera de sus heridas en el San Juan de Dios.

Daniel Lafuente y Yolanda Fernández, afectados por la fuerte tormenta del 6 de julio.
Daniel Lafuente y Yolanda Fernández, afectados por la fuerte tormenta del 6 de julio.
D. L.

Un mes después de la tormenta que colapsó el Tercer Cinturón de Zaragoza, Yolanda Fernández se recupera en el Hospital San Juan de Dios de la capital aragonesa. La mujer de 50 años, que estuvo en la uci por las graves heridas sufridas, todavía supera el trance.

Viajaba con su marido, Daniel Lafuente, a Puerto Venecia para cambiar unas zapatillas de su hijo. A pesar de que él resultó ileso, Fernández no corrió la misma suerte. Ella ingresó en el hospital Miguel Servet con una hipotermia, una herida profunda en el brazo, con la pelvis rota por tres sitios y el coxis dañado. Tuvo que ser operada de urgencia por una fuerte hemorragia interna y se convirtió en la herida más grave en la capital aragonesa tras la fuerte tromba de agua del pasado 6 de julio.

Ahora, Lafuente recuerda cómo vivieron esos angustiosos momentos. El hombre, que trabaja como conductor de autobús haciendo rutas alrededor de Zaragoza, había terminado su jornada laboral y decidió acudir con su esposa en su coche familiar al centro comercial zaragozano a cambiar unas zapatillas que habían regalado a su hijo por su cumpleaños.

La gran tromba les pilló de camino, "entre el Pabellón Príncipe Felipe y el desvío a la Z-40", especifica el hombre. Al ver cómo bajaba el agua, Lafuente decidió "subir el coche a la acera", aunque no tuvo éxito, porque el vehículo se paró cuando intentaba subir. En ese momento, decidió "echar el freno de mano y esperar". Mientras tanto, veían desde la ventanilla varios coches a la deriva, por lo que empezaron a tener miedo.

"Vámonos del coche", dijo él cuando empezó a ver que el agua estaba llegando "a la altura de la luna". Al abrir la puerta para salir, Yolanda Fernández se vio arrastrada por la corriente, ante su marido, que no pudo hacer nada por frenarla: "Según salió, el agua se la llevó". "Ella es pequeñita, mide 1,53 y está delgada", apunta Lafuente.

Tal fue la fuerza con la que bajaba la corriente que Fernández perdió "el bolso y las sandalias", y antes de que pudieran reaccionar, ella acabó "atrapada entre dos coches". "Estaba aprisionada, yo creo que este momento es cuando se le rompió las pelvis", explica su marido.

Sin embargo, la gran tormenta que sorprendió a Zaragoza siguió tirando de ella, y aunque la mujer no recuerda bien el momento, su esposo dice que debió "dar varias volteretas" arrastrada por la corriente. Lafuente salió "50 o 60 metros", intentando llegar a la "mediana", y entró en pánico: "No la veo, ha desaparecido", pensó para sus adentros.

Para su sorpresa, Daniel Lafuente vio entonces a su esposa sentada en la acera de enfrente del Tercer Cinturón, algo que le sorprendió ya que "estaba en la dirección contraria". Fernández, aunque consciente, "estaba en shock". "No respondía a las preguntas, yo sabía que estaba mal", recuerda su marido, quien al principio pensó que su mujer se había "roto las piernas" y vio que tenía una herida en el brazo.

Quien acudió a su rescate fue la Policía Local de Zaragoza. "Primero la recogieron a ella, y luego a mí". Lafuente recuerda que uno de los agentes se preocupó especialmente por su estado y que incluso llegó a quedarse con su número y le llamó al día siguiente para saber si estaban bien.

Cuando llegaron al Hospital Miguel Servet, tuvo que ser intervenida de urgencia "por una hemorragia interna". "Llamaron a un médico que no estaba para que la operara", recuerda Lafuente. Más tarde descubriría que tenía también una hipotermia y dos fracturas en la pelvis y una en el sacro, además de la grave herida en el brazo.

Semanas después, y ya mucho más estable, la mujer ha sido trasladada al Hospital San Juan de Dios para seguir recibiendo cuidados por los fuertes traumatismos. Mientras tanto, su marido, junto a sus hijos, sigue a su lado acompañándola en cada etapa de la recuperación y luchando por que su seguro le cubra los daños que sufrió Yolanda Fernández en la tormenta, para lo que está recibiendo asesoramiento legal de un abogado.

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