Sucesos en Zaragoza

Condenado en Zaragoza el hombre que amenazó a su pareja con matarla y enterrarla en el jardín

Lo declaran autor también de maltrato y coacciones por encerrarla en casa.

El acusado, Pablo Bernad, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, Pablo Bernad, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

La Audiencia Provincial ha condenado a Pablo Bernad, de 34 años, por encerrar a su pareja en casa después de haberle dado un puñetazo en la cara y amenazado con matarla y enterrarla en el jardín. El tribunal considera que el acusado no es autor de un delito de detención ilegal, lo que le habría supuesto una pena de cinco años de cárcel, como pedían las acusaciones.

Los magistrados entienden que lo que cometió fue un delito de coacciones -porque la mujer pudo pedir ayuda a través del móvil- y lo castigan con dos años de prisión. Además, le imponen otros ocho meses de cárcel por un delito de malos tratos y seis meses más por las amenazas. La pena lleva aparejada la prohibición de comunicarse o acercarse a menos de 200 metros de la mujer durante siete años.

Aunque el acusado negó todos los hechos, la sentencia da total credibilidad al relato de la mujer, de 29 años, pues fue avalado por los testigos, el parte médico forenses y las declaraciones de los policías que acudieron a la vivienda de la colonia de San Lamberto donde la encerró. Es más, Pablo Bernad trató de desvirtuar las afirmaciones de su pareja alegando que era alcohólica, que esa tarde iba muy bebida y que fue ella la que quiso quedarse en casa. Sin embargo, los agentes que la rescataron 20 minutos después aseguraron que no apreciaron ningún síntoma de que hubiera bebido.

El tribunal da por probado que el 6 de julio de 2022, al salir del Carrefour de la avenida de Navarra, A. S. V. le dijo a su pareja que quería regresar a Zafra, su localidad natal, con sus padres a lo que él respondió que si se iba sería en un "féretro" y, además, antes la "enterraba en el jardín". Cuando le respondió que pensaba irse quisiera o no, él le dio un puñetazo en la boca y le partió el labio. Aunque le pidió que parase el vehículo en una gasolinera, él no lo hizo y la llevó directamente a la casa donde residían. Se trataba de una vivienda en la que estaban obrando, no tenía suministro de agua y no había bombillas. Bernad cerró las puertas de la casa (ella no tenía llaves) y la verja de la entrada y se marchó a buscar a un amigo.

La mujer, representada por la abogada Carmen Liarte, llamó al 091 y las patrullas que acudieron tuvieron que entrar en la finca saltando una valla de dos metros, cerrada con una cadena y un candado. Los ventanales estaban precintados y tuvieron que forzar la puerta del garaje para que la mujer saliera.

Encierro "muy breve"

La Sección Primera valora que el encierro fue "muy breve" y la víctima tenía a su disposición su teléfono, desde el cual llamó a la Policía y en poco tiempo se presentó allí. Por lo tanto, estuvo privada de la libertad ambulatoria un periodo que no es suficiente para integrar un delito de detención ilegal, pero sí de coacciones, como alternativamente pidió la fiscal. También da por probadas las amenazas y el maltrato, pero entiende que no se ha acreditado que este último fuera habitual, a pesar de que los familiares de la víctima declararon desde Zafra que su relación era turbulenta, no la dejaba ir con sus amigas y en otra ocasión le causó lesiones.

Los magistrados escucharon una grabación en la vista oral en la que se oía al acusado amenazar y gritar gravemente a su pareja, pero señalan que aunque existan "sospechas, suposiciones o conjeturas" sobre el maltrato habitual, no son suficientes para fundamentar una sentencia condenatoria por este delito agravado, como mantuvo su abogado, Javier Osés.

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