accidente

El piloto del F-18 estrellado sigue en la uci pero su evolución es buena y está estable

Sufrió fractura de la pelvis y de varias vértebras al caer al suelo tras eyectarse del F-18 que pilotaba. 

El capitán del Ejército del Aire Daniel Pérez Carmona continua este domingo ingresado en la unidad de cuidados intensivos de Traumatología del Hospital Miguel Servet. Su evolución, según fuentes sanitarias, era buena y estaba bastante estable, aunque los médicos decidieron mantenerlo en la uci y este lunes es probable que pase a planta.

El piloto de la base aérea de Zaragoza resultó herido al eyectarse del F-18 apenas unos segundos antes de que la aeronave se estrellara. El accidente se produjo a las 12.10 del sábado al final de la pista 30 R, muy cerca del vallado que delimita la instalación militar con la carretera del aeropuerto (A-120) y la rotonda del mismo nombre. 

El capitán estaba haciendo un ejercicio de exhibición durante el día de las familias, que se habían congregado en el hangar del Ala-15. Por motivos que se están investigando, perdió el control de la aeronave y maniobró de forma que el aparato cayera dentro del recinto. Aún así, varios trozos del avión salieron despedidos a varios metros y algunos incluso por encima de la carretera, aunque por fortuna no causaron daños a otras personas. 

Como se aprecia en las imágenes que los testigos grabaron del accidente, el capital Daniel Pérez Carmona activó el mecanismo de eyección instantes antes de que el caza tocase el suelo. El sistema que propulsa a los pilotos con su asiento fuera del avión, a pesar de ser un elemento que salva vidas, puede y suele causarles lesiones graves bien por la rápida aceleración y fuerzas que experimentan al salir proyectados a tan elevada velocidad, bien por el impacto contra el aire o por el posterior contra el suelo al tocar tierra con el paracaídas.

Las consecuencias más frecuentes son fracturas de vértebras (del cuello y lumbares) y daños en las piernas y manos. Además, en el caso del piloto de la base de Zaragoza, sufrió alguna quemadura por efectos de la explosión del F-18 y la proximidad al fuego. El capitán Pérez Carmona cayó junto a un arbusto pegado al vallado de la base en el que quedaron enganchadas las cuerdas del paracaídas.

La casualidad quiso que en ese momento patrullaran por la zona de Garrapinillos miembros del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS-5) de la Guardia Civil. Los agentes presenciaron la caída del aparato y al ver al piloto decidieron arrimar sus vehículos a la valla para saltarla y ayudar al herido, junto al que permanecieron hasta que llegaron las asistencias sanitarias y lo trasladaron al Hospital Miguel Servet. Los Bomberos de la instalación militar también se presentaron en pocos minutos y sofocaron el incendio causado por la explosión y el combustible del avión.

Los compañeros del piloto, en distintos foros, le desean una pronta recuperación. El militar es instructor de F-18, tiene 15 años y 11 meses de experiencia como piloto del Ejército del Aire, acumula más de 1.000 horas de vuelo y posee una completa formación militar y universitaria. 

Tal y como figura en su perfil profesional de Linkedin, tras pasar por la Academia General del Aire y salir como oficial del Ejército del Aire en 2012, en 2016 cursó el Tactical Leadership Programme. Su formación se completa con un máster en Gestión Aeronáutica por la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde 2018, pertenece a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y es también operador civil de drones.

Mientras tanto, la investigación sobre el accidente continúa sin que haya trascendido ningún tipo de información. 

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