La residencia juvenil del Actur estará en obras este verano y abrirá a finales de 2023

La DGA acuerda aumentar la renta hasta un 20% para compensar el alza del coste de los materiales a la concesionaria. Contará con 336 estudios por los que se cobrará un máximo de 402 €.

Recreación de la residencia juvenil del Actur
Recreación de la residencia juvenil del Actur
HA

La residencia para jóvenes promovida por el Gobierno de Aragón junto al puente de Santiago, en el Actur, estará finalmente en obras este mismo verano con el objetivo de recibir a los primeros inquilinos en otoño de 2023. La previsión es obtener la preceptiva licencia municipal de obra y actividad este verano, el último trámite pendiente tras haber solventado el ‘agujero’ de la escalada de precios de los materiales, para lo que se ha pactado una compensación similar a la de los contratistas de obra pública.

El encarecimiento de las ‘materias primas’ de la construcción, agravado por la crisis provocada por la guerra en Ucrania, puso en jaque el proyecto a principios de año. A la adjudicataria de su construcción y explotación durante 75 años, la compañía aragonesa Aloha Pirineos, no le salían los números y reclamó una revisión de precios para poder acometer el proyecto.

El impacto, en su caso, es directo porque para recortar los plazos de ejecución planteó como solución levantar la estructura como si fuera un mecano con piezas prefabricadas de hormigón, cuyo coste es precisamente uno de los que más se han disparado.

Ante esta situación, solicitó la pasada primavera la compensación, ya prevista en un real decreto estatal y en otro específico de la DGA para paliar la situación de las obras públicas. En su caso, la Administración no debe abonar el coste de la construcción, estimado en un principio en doce millones de euros, ya que la empresa lo recuperará con las rentas de la residencia, que contará con 336 estudios de 16,5 metros cuadrados y servicios comunes. Todos estarán dotados de baño completo y una estancia con cama, armario, mesa y una cocina.

Contará con 336 estudios de 16,5 metros cuadrados
Contará con 336 estudios de 16,5 metros cuadrados
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Como la cuantía del alquiler mensual de los estudios estaba tan ajustada, 335 euros mensuales, era imposible que la empresa absorbiera el sobrecoste, estimado en más de dos millones. Por ello, se ha pactado aumentar el precio fijado entre un 5% y un 20%, de 352 a 402 euros, en función de la actualización de los precios que fije el Ministerio de Transportes para los materiales afectados en esta obra. Los últimos son de noviembre de 2021 y la compensación deberá estar en concordancia con los vigentes en la fecha de valoración de la solicitud, en la pasada primavera.

Fuentes oficiales de la DGA indicaron que la revisión de la concesión cuenta con los informes positivos de la Dirección General de Patrimonio y de Servicios Jurídicos, por lo que solo falta que el Estado actualice los precios para concretar la cuantía final, sin salirse de la horquilla del 8%-20%.

Mientras tanto la compañía, constituida por tres empresarios aragoneses ligados al Casademont y la fundación Rey Ardid, sigue adelante con el proceso de contratación. Uno de los socios podría liderar la obra y coordinar a todos los gremios, mientras que Rey Ardid se encargará de la posterior gestión y explotación dada su dilatada experiencia, tal y como manifestaron desde Aloha Pirineos.

Aunque la previsión inicial era comenzar la construcción en el segundo trimestre y los plazos están "muy apurados", el objetivo es abrir la residencia en septiembre de 2023. Los inquilinos no podrán superar los 30 años en el momento de la firma del contrato y la permanencia se limitará a un máximo de cinco años, aunque se podrá conceder otra prórroga de tres.

Lo que no ha cambiado es la propuesta arquitectónica, basada en una edificación verde que se autoabastecerá de energía gracias a una minicentral de geotermia, equipos de aerotermia y placas fotovoltaicas.

Los jóvenes contarán con servicios comunes, como la plaza ajardinada con piscina que se ha previsto en el interior de la manzana que se edificará en forma de ‘C’. Además, se construirá una cafetería, una tienda de alimentación, un gimnasio y un área de ‘coworking’ abiertas también al público, al igual que la gran terraza ideada en la cubierta. En este caso, para diferenciar los flujos, se instalarán dos ascensores que comunicarán de forma directa el vestíbulo y la azotea, cuya explotación estará en manos de la misma empresa especializada que lleve la cafetería-restaurante prevista en la planta calle.

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