El narco Sito Miñanco, de blanquear capitales a barrer un módulo en Zuera

Lleva diez meses en la prisión aragonesa como preso preventivo y no se alteró la semana pasada cuando detuvieron a su abogado, Gonzalo Boyé, por blanquear 890.000 euros.

Miñanco en una foto de 2004 durante un juicio por narcotráfico
Miñanco en una foto de 2004 durante un juicio por narcotráfico
Efe

José Ramón Prado Bugallo, más conocido como Sito Miñanco, lleva diez meses en la prisión de Zuera como preso preventivo tras su detención en Algeciras en la Operación Mito por su presunta implicación en el blanqueo de capitales. Y no se inmutó la semana pasada cuando detuvieron a su abogado Gonzalo Boyé por esta causa. Esto comentaron fuentes penitenciarias, que se han sorprendido del personaje nacido en Cambados (Pontevedra) hace 64 años. «No hay registrado ningún incidente en los meses que ha pasado en Zuera y se ha convertido en el jefe de limpieza del módulo 10 de presos preventivos», confirmaron estas fuentes a HERALDO. Este buen comportamiento que muestra el interno, conocido como el mayor narcotraficante de la ría de Arousa de los años 80, puede facilitarle a posteriori el acceso a permisos, libertad condicional o al tercer grado.

Sito Miñanco está acompañado de presos preventivos conocidos, como Mohammed Achraf Darai, el presunto autor del asesinato en Pedrola del informático del País Vasco José Antonio Delgado, y atracadores históricos como Luis Sánchez Piquero, detenido tras un reciente asalto en Oliete (Teruel), o Pedro Ortiz Perea, hermano de Benito, el que se fugó de la prisión de Zuera en agosto de 2018. Cuando salen al patio los integrantes del módulo 10, Miñanco pasa un cepillo y un recogedor para dejarlo limpio de colillas de cigarros, papeles y otros restos. Rompe esquemas.

Junta de Tratamiento lo acepta

Es una escena inédita en la cárcel de Zuera que un preso como este narcotraficante «no se comporte como Vito Corleone (el protagonista de la película ‘El Padrino’). Se le ve muy desenvuelto con todos los presos y todo el mundo lo conoce. Sabe tratar con los funcionarios de la prisión sin ser un pelota», apuntan las mismas fuentes. De hecho, se presentó como voluntario después de llegar antes de la última Navidad, el 14 de diciembre del año pasado, para encargarse de la limpieza del módulo conflictivo. La Junta de Tratamiento lo aprobó.

«Sito mantiene un comportamiento impecable, con clase, y lleva el pelo como Erroll Flynn en ‘Robin de los Bosques’ (muy distinto de su imagen en su último juicio de narcotráfico en 2004). Es muy diferente de lo que han sido los Oubiña o Manuel Charlin, mucho más hoscos o malhumorados, que también han pasado por las cárcel de Daroca, Huesca y Zuera», comenta un funcionario con experiencia. Ninguno de los narcos gallegos que conoció, ni los preventivos compañeros de módulo, aceptarían su tarea de limpiador.

Una doble vida en Algeciras

Aun así, José Ramón Prado Bugallo ya tenía una «doble vida» en Algeciras, donde compartía su estancia por las noches en el Centro de Inserción Social (CIS) con su dedicación de recaudador de un parquin, su comida diaria de un plato combinado y su vestimenta, siempre con chándal, para dar una imagen humilde. Al mismo tiempo, la Policía Nacional lo detuvo un día de febrero de 2018 a las 7.00 en un lujoso chalé de la Colonia San Miguel. Desde allí habría regresado supuestamente al blanqueo de capitales y al tráfico de cocaína en Italia, Albania y Holanda.

Su arresto hace un año y medio lo condujo a los centros penitenciarios de Madrid II, A Lama (Pontevedra), cerca de su lugar natal, y al final ha llegaddo a Zuera. Según ha podido saber este periódico, se criticó como «inconcebible y muy sospechoso de prevaricación y cohecho» que fuera clasificado en tercer grado y lo trasladaran al destino del CIS de Algeciras (una zona donde el tráfico de hachís es tan importante como en Galicia lo fue la cocaína). «En Zuera tiene visitas de familiares autorizados (la última el pasado día 15) y su peculio es discreto a pesar de su riqueza», reconocen las fuentes penitenciarias. Tiene un pasado que ocultar porque el año anterior intentó introducir 6.000 euros en prisión para dejar claro su estatus entre los presos. En Zuera, todavía se muestra el Sito Miñanco asceta.

Un interno FIES con la comunicación intervenida

El interno José Ramón Prado Bugallo está muy vigilado en sus comunicaciones porque se trata de un preso preventivo e integrante del FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) por formar parte de la delincuencia organizada. Además, la investigación dirigida por la juez María Tardón, titular del Juzgado de Instrucción 3 de la Audiencia Nacional, está todavía abierta. Lo mismo ocurre con la detención del abogado Gonzalo Boyé por su presunta implicación en el blanqueo de capitales tras un encuentro del letrado con varios narcos después de la declaración de un implicado arrepentido.

Fuentes penitenciarias señalaron que las comunicaciones legales de los internos de Zuera se realizan a través de las cabinas telefónicas de Cabitel (las que casi no se ven en la calle) con una tarjeta de 5 a 10 euros.

Pero también reconocen que en los últimos meses se han intervenido varios teléfonos móviles minúsculos a algunos presos a los que suelen pasarlos en sus partes los familiares. Son minimóviles que tienen apariencia de un boli. La L8 Star es una de las marcas que se han confiscado. Entre los internos a los que se los han detectado no está todavía ninguno de los que se relacionan con José Ramón Prado Bugallo, pero al centro penitenciario le preocupa que estos aparatos estén pasando los controles que existen en la entrada. 

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