Ana Belén Fernández, el orgullo judoca de La Cartuja Baja de Zaragoza

La aragonesa se alzó hace tan solo unos días con el Campeonato de Europa de judo de veteranos y los vecinos de su barrio convirtieron su recibimiento en una verdadera fiesta.

Ana Belén Fernández, el orgullo judoca de La Cartuja de Zaragoza, con otros tres compañeros de competición.
Ana Belén Fernández, el orgullo judoca de La Cartuja de Zaragoza, con los otros tres representantes aragoneses.
Heraldo.es

El palmarés de la aragonesa Ana Belén Fernández es, desde el pasado sábado, un poco más extenso todavía. Ese día, en el Gran Canaria Arena de Las Palmas consiguió alzarse con el título de campeona de Europa de veteranos de judo. Un reconocimiento que ya ha celebrado con los habitantes de La Cartuja Baja, orgullosos de poder presumir de una vecina tan guerrera.

A su llegada a La Cartuja, varias decenas de vecinos y familiares la esperaban para darle el mejor de los recibimientos. Ahí dio un improvisado discurso en el que aseguró que habían sido “unos días muy intensos, cargados de emociones” y en el que quiso compartir su título con quienes la apoyan a diario. “Verdaderamente, lo que hice no es mío, sino de toda la gente que diariamente entrena conmigo: mis compañeros de judo, de preparación física… que día a día me hacen esforzarme y ser mejor”, manifestó.

Su afición por el judo comenzó a los 15 años, animada por su hermano, sus primos y el amigo que ahora es su marido, Sergio González, todos judocas. “Me enganchó de tal manera que ese mismo año quedé campeona de Aragón y a los dos años participé en la concentración preolímpica de Barcelona 92”, explica la deportista zaragozana.

Al campeonato de Europa acudió junto a otros tres deportistas aragoneses, Sergio González, Antonio Berrocal y Jesús Fernández, aunque Ana Belén fue la triunfadora indiscutible de la competición tras derrotar a una contrincante alemana, una italiana y una francesa. Todo ello participando en la categoría de menos de 52 kilos, pese a no ser la suya. “La mía es de menos de 48 kilos, pero me tuvieron que subir de categoría. Ellas tenían más corpulencia, por lo que era un reto mayor, aunque también lo fue la satisfacción de ganar. Todavía no me lo termino de creer”, asegura emocionada.

A sus 44 años puede presumir de haber conquistado infinidad de títulos nacionales e internacionales, como el Open Británico. Hace tan solo unos meses logró hacerse con el oro en la categoría F4 -48 kilos en la copa de España de Veteranos que se disputó en Vitoria durante el mes del mayo. En marzo de este año también consiguió proclamarse campeona en su categoría y subcampeona en -52 kg en la copa de España de Arganda del Rey. No obstante, el judo no ha sido su única fuente de alegrías a lo largo de su trayectoria. En su día, también fue campeona y subcampeona del Mundo de la modalidad de lucha sambo y cosechó otros tantos reconocimientos en lucha olímpica.

El arraigo a un barrio

Fernández ha pasado la mayor parte de su vida en el barrio que es su casa, La Cartuja Baja, al que siempre ha vuelto competición tras competición. Y es que, pese a que a la judoca se le han presentado numerosas oportunidades para seguir creciendo profesionalmente en otras ciudades, nunca ha querido abandonar la comunidad. El apego a sus familiares y amigos siempre pesaron más en su balanza. “Me ofrecieron ir al centro de alto rendimiento de Sant Cugat del Vallés, pero lo rechacé”, señala.

En la actualidad, Fernández compagina su vida familiar –tiene tres hijos- con sus entrenamientos y campeonatos, su trabajo y la enseñanza a través de la Asociación Deportiva Judo Sport II, en un espacio municipal cedido de La Cartuja. “No ha sido fácil, no hemos tenido ningún apoyo y el judo no me ha dado de comer. El barrio ha sido una cuna de campeones de España y medallistas internacionales, pero tenemos unas instalaciones mediocres”, lamenta la campeona de Europa, que destaca que el barrio siempre se ha volcado con ella. “Siempre me he sentido muy arropada. Hay un círculo a mi alrededor que siempre está ahí. El recibimiento del domingo fue impresionante. Por ellos vale la pena”, añade.

A su llegada al barrio tras el campeonato, varias decenas de personas esperaban en las calles a Ana Belén, que fue acogida entre sonoros aplausos. Desde la alcaldía reconocen que la deportista “es todo un referente” y que se ha esforzado mucho para llegar donde está, y piden a la administración un apoyo acorde a su nivel. De hecho, José María Lasaosa, el alcalde, la compara con Rocky por las dificultades y las trabas que supone practicar un deporte como el judo sin ayuda. “Ella se ha tenido que pagar muchos viajes de su bolsillo. El esfuerzo que hace es ingente”, comenta.

Por el momento, a la espera de nuevos reconocimientos y de patrocinadores que no llegan, Ana Belén Fernández tendrá que conformarse con la calle que lleva su nombre en Santa Isabel y con las instalaciones deportivas al aire libre que bautizaron en su honor en La Cartuja Baja. 

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