Los nidos de cigüeñas de la torre mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles del barrio rural de Peñaflor ofrecen desde hace unos días una peculiar estampa, con unas mallas de protección alrededor para reforzar la seguridad.

Los trabajos en este patrimonio se llevaron a cabo el pasado día 15 por la tarde y en ellos participaron bomberos de Zaragoza y técnicos de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital aragonesa.

Con ayuda de una gran grúa, los profesionales pudieron alcanzar los nidos donde, con mucho cuidado de no dañar a las crías de estas aves, instalaron unas mallas.

Juan José Sánchez, párroco de Peñaflor y de San Mateo, recuerda que existen alrededor de seis nidos. "En la torre las cigüeñas se colocan en sitios extremadamente peligrosos. En dos ocasiones desde que estoy yo en la parroquia se ha caído un nido, que pesa unos 400 kilos". 

De hecho, recuerda que llevan tiempo reclamando que se retiren. Desde la Asociación de Vecinos Río Gállego de Peñaflor comenzaron en 2017 a elevar sus quejas a la alcaldía para intentar que se trasladaran los nidos, una tarea compleja y que requiere de las autorizaciones del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga).

"Ahora -reconoce el párroco- parece que sí se lo están tomando en serio". Para ello podrían instalar unas torres especiales a una "distancia adecuada". Pero antes de llevar a cabo esta tarea, que podría materializarse en un plazo de dos meses, adelanta, decidieron asegurar los nidos actuales "de forma temporal". En concreto, hay dos que entrañan más peligro de caída. "Las dos veces que se desprendieron ocurrió durante la noche, por lo que no hubo que lamentar daños", dice.

"Se hace sobre todo por seguridad" y además "mantener estas edificaciones es complicadísimo". El párroco subraya también los problemas que provoca, por ejemplo, la suciedad que se acumula en las canaletas.