Toros

Jorge Isiegas corta una oreja de peso en su regreso a La Misericordia

Una novillada para no comer pipas. Pese a las casi tres horas de festejo, nadie se aburrió en los tendidos.

Una novillada para no comer pipas. Pese a las casi tres horas de festejo, nadie se aburrió en los tendidos. Tres chavales ambiciosos y una exigente novillada dieron una buena tarde de toros.

Volvió a la Misericordia Jorge Isiegas con la responsabilidad como argumento y se marchó del coso de Pignatelli mereciendo una alternativa. La oreja que le cortó al cuarto fue de las de peso. De principio a fin demostró solvencia y disposición. Lució al animal en el caballo y con la muleta siempre quiso hacer las cosas bien. Dió el pecho y ofreció las femorales. De uno en uno y sobre la mano derecha, dejó muletazos de buen trazo y se llevó al animal detrás de la cadera una y otra vez.

Con el abreplaza resolvió con la facilidad propia de un matador de toros las dificultades que le planteó un animal con carbón y de embestida deslucida. Con un par, le ganó en las distancias y lo llevó siempre sometido. Además, a espadas fue un cañón y estuvo tremendo ejerciendo la dirección de lidia. Muy bien.

Tras su triunfo en la pasada feria del Pilar, Adrien Salenc volvió a Zaragoza para pedir su sitio en octubre como matador de toros. El manso segundo desarrolló peligro en todos los tercios y se encontró con el oficio y la disposición de un Salenc que lo intentó todo para que la faena cogiese vuelo. Quedó en la intención.

Con el quinto, demostró tener más raza que su oponente y sobre la mano derecha cobró series importantes y dejó unas manoletinas de susto. Sensacional. La pena fue su fallo con la tizona.

Buen concepto de De Manuel

El pupilo de Aragón Cancela se marchó sin tocar pelo tras marrar con los aceros una aseada faena al que cerró plaza. Sin embargo dejó claro que tiene un buen concepto del toreo y dio argumentos para ser uno de los punteros del escalafón. Aunque primó la estética sobre el mando, dejó muletazos de bella factura. Vertical y con el mentón en el pecho hilvanó una faena en la que sobre la mano derecha, templó con suma facilidad las bruscas embestidas del animal.

Con el tercero y sin apenas opciones, también dejó detalles que apuntan un torero con gusto. Con buenas maneras. Siempre templado. Sin embargo, debe mejorar la colocación.

Además, la labor de las tres cuadrillas redondeó una tarde más que interesante. Iván García dejó claro que por algo es uno de los subalternos más cotizados del momento tras lidiar de manera impecable al sexto y dar una clase magistral con los palos. También estuvieron cumbres los banderilleros Fernando Sánchez, Juan Carlos Rey y Manolito de los Reyes, que se llevó un susto tras parear al quinto de la tarde.

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