Más que una compañía de cuatro patas

Dogs 4 Working es una empresa de adiestramiento canino con base en Manchones. Entre sus proyectos, que los animales ayuden a personas mayores o víctimas de violencia de género.

Una de las promotoras del proyecto, junto a dos perros.
Más que una compañía de cuatro patas
Macipe

Cristina Valdearcos, Miquel Soteras y Eva Miñano componen el equipo de Dogs 4 Working, una empresa de adiestramiento canino que está poniendo en marcha su proyecto en la localidad de Manchones, en la Comarca Campo de Daroca. Allí invertirán cerca de 200.000 euros en acondicionar más de seis hectáreas de terreno en los que se enclavarán una residencia canina, con capacidad para hasta 100 ejemplares, y tres pistas de trabajo para instruir a los animales.

"La idea de Miquel y mía, desde hace años, era montar un centro canino. Nos pusimos a ello en la zona de Igualada, pero se lo comentamos a Cristina, que es de aquí y tenía terreno, y decidimos implantarnos", explica Miñano. Lo hace mientras recorre lo que serán las futuras instalaciones, muy próximas al curso del Jiloca, y donde ya han comenzado las labores de desbroce. Ahora, que tienen ya el permiso de obra, están a la espera de las últimas autorizaciones institucionales, entre ellas la concesión del núcleo zoológico para tener a los canes.

Así, reconoce, tal y como se lo recordó su compañera Cristina, la existencia de ayudas para poner en marcha el negocio también fue un factor determinante para decantarse por Manchones. "Allí no había ninguna ayuda, y aquí desde el ADRI Jiloca-Gallocanta nos han guiado, y ella –Cristina– nos comentó que en esta zona no existía mucha oferta de estos servicios", apunta Miñano. Tanto ella, como Cristina y Miquel cuentan con los títulos pertinentes de adiestramiento.

Entre las líneas de trabajo que tiene Dogs 4 Working está el entrenamiento de canes para proteger a víctimas de violencia de género, donde además de formar a los animales también se busca instruir a las usuarias, en colaboración con el proyecto Pepo. Para esto se necesita que el perro tenga unas características mínimas: "Hace falta que tenga un carácter seguro de sí mismo, que sean corpulentos, que su imagen imponga. Nuestro objetivo es que no llegue a intervenir, que sea el último recurso", detalla Miñano, acompañada de la veterana Duma, su bóxer, y de Zica, una pastor belga malinois, de cuatro años.

Además también importa formar a las usuarias: "Tienes que tener la seguridad de controlarle, y eso exige una preparación psicológica de la persona. El objetivo es crear un binomio que encaje", subraya Eva Miñano. Para ponerlo en marcha ya han hablado con el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM). En total, esto exige más de dos o tres meses de formación constante, con perros de entre año y año y medio de edad.

Asimismo, desde el Adri Jiloca-Gallocanta también les propusieron hacer que los perros ayuden a personas mayores, por ejemplo, en tareas de psicomotricidad: "La idea es que hagan unos ejercicios que de otra manera no harían, como cepillarles, ponerles lazos, ir a las residencias…", enumera.

Así, por el momento, han comenzado con obediencias básicas, desplazándose hasta domicilios de Calatayud y Villahermosa del Campo. A la larga, sus planes pasan también por incluir programas de formación en disciplinas deportivas como el ‘agility’, para la que ya tienen demanda, o el ‘mondioring’, e incluso quieren impartir charlas en centros educativos: "Queremos que la gente entienda que un perro es un trabajo para toda la familia, que necesita de que todos estén involucrados", puntualiza.

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