El galeno retirado Luis Royo es el presidente y socio fundador de la Asociación por la Defensa del Medioambiente Ojos de Pontil, institución fundada hace 18 años en Rueda de Jalón, que en combinación con el ayuntamiento trabaja por el cuidado del tesoro natural que da nombre al colectivo; se trata de un fantástico humedal, amenazado de muerte a principios de milenio y que hoy exhibe orgulloso 10 hectáreas de rescate. Todo, explica Luis, gracias al esfuerzo y entusiasmo de los vecinos, y eso que desde que se convirtió en espacio protegido, el uso de las aguas de Ojos de Pontil para temas domésticos quedó atrás. No así el riego, ya que el caudal que emerge del suelo de los humedales se canaliza por dos acequias hacia el Jalón.

Luis no es del pueblo, pero lleva 35 años en Rueda. "Vine de médico rural, de aquellos de antes –ríe– y eché raíces, quería un poco de estabilidad para mis hijos; aquí me jubilé. La Asociación nació en 2001 como respuesta a las intenciones de una empresa que quería poner una planta de cogeneración de purines, que iba a generar una catástrofe medioambiental en el término y, sobre todo, en el humedal; el pueblo se movilizó y de aquél entusiasmo tomó forma el colectivo".

Hoy en día, sus 267 socios están comprometidos principalmente en el cuidado del paraje de sus entretelas. "Los Ojos de Pontil –apunta Luis– presentaban un aspecto lamentable cuando empezamos. Hemos conseguido recuperarlo parcialmente, porque el paraje resultó ser mucho más extenso de lo que se pensaba, y seguimos trabajando año a año para mejorarlo y cuidarlo. Ahora están a la vista y limpios muchos de los ojos y manantiales, hay un camino de madera para los visitantes con discapacidades, carteles explicativos… cuando se conoce el lugar, los visitantes se sorprenden mucho de que no sea más conocido, porque es un paseo fantástico para venir en familia o en grupo. Además, se ha dispuesto un espacio en la entrada para poder comer y reposar; todo con un mínimo de conciencia y cuidado, para que el trabajo de recuperación no se vea afectado. No cobramos nada por entrar".

Implicarse de verdad

Las tareas que asumen los asociados van más allá de las ideas; hay que meterse en el agua con el mono y los guantes, mancharse las botas, retirar residuos... de todo. "Por suerte –explica Luis– contamos con los consejos de expertos como Alfonso Calvo, Jefe del Servicio de Estudios Medioambientales de la Confederación Hidrográfica del Ebro, y cada acción está bien pensada".

La observación del humedal es toda una sorpresa, sobre todo en días de poco viento. El agua sale a borbotones del limo del fondo; se puede ver como brota, y la imaginación lleva a pensar en grandes peces haciendo submarinismo. Cualquier miembro de la Asociación se presta a dar las explicaciones necesarias del entorno; para las visitas se puede contactar con el Ayuntamiento o la Asociación, ya sean particulares o colegios. Las llaves están en el bar de la localidad. En verano solo se va por la mañana; en invierno no hay restricciones.

En el entorno hay varias sorpresas agradables. Entre la fauna, además de los peces, pueden admirarse garzas, patos y nutrias. Lo más llamativo de la flora es la gigantesca higuera que, con su banquito junto al tronco, ofrece un lugar perfecto para leer, reposar o declararse al ser amado. Cuando se cubre de hojas y fruto en primavera, dota al espacio de una sombra privilegiada.

La asociación no para en todo el año. El 2 de febrero, Día Mundial de los Humedales, se plantan árboles. En abril hay una exposición relativa a las aves silvestres, y en junio llegan las jornadas medioambientales locales, con participación de expertos; el año pasado vino como José Antonio Canudo, director del Museo de Ciencias Naturales de Zaragoza. También se hacen también talleres para niños y una cicloturista para conocer el término, que tiene humedal, estepa, valle (el del Jalón), la zona rocosa de Camporroyo y bosque mediterráneo con carrasca y olivos en dirección Tabuenca. En el monte se ha delimitado bien la zona de utilidad pública, y están repoblando ahora con pino, enebro, sabina y carrasca, empeño del Ayuntamiento de Bernardo Lario y la DGA.

Lo de Pedro Serrano, natural de Rueda de Jalón y residente en el pueblo desde siempre, es para quedarse boquiabierto. Su vida está íntimamente relacionada a la forja; soldador de profesión, llevó dentro un artista desde pequeño. Rueda tiene su huella por todas partes; ha hecho infinidad de verjas para los vecinos, ventanas de forja con los diseños más variopintos, estatuas... y no para, sigue creando, aunque ahora se toma algo más de tiempo para no agravar alguna dolencia física que ralentiza sus movimientos. Picasso y el Quijote son sus obsesiones personales, las referencias más presentes en la exposición permanente de su arte en todo el pueblo. El ‘Guernica’ está completo en una de las casas y dividido por estampas parciales en otros puntos, desde una peña a casas de amigos, y también hay una verja que recrea un dibujo poco conocido que Picasso hiciera de su madre. También ha hecho una efigie de Miguel Servet, inspirándose en una imagen recreada. Su primera figura en forja se debe a un cariño paterno filial... y a Ibáñez: se la hizo a su hijo, que estaba leyendo un tebeo de Mortadelo y Filemón; Pedro clavó el retrato del calamitoso agente de los mil y un disfraces. El Quijote está con su triste figura clásica, con o sin Sancho e incluso en la imagen de dibujos animados que popularizaran Cruz Delgado y José Romagosa a finales de los 70. Pedro también ha hecho una escultura a tamaño natural de San Antón, el patrón del pueblo, al que se celebra por todo lo alto esta semana, y de nuevo Don Quijote antropomorfo y a tamaño natural, con piezas de labranza magistralmente transformadas. Un ‘crack’.

En datos

Comarca: Valdejalón.

Población: 316.

Distancia a Zaragoza, su capital de provincia: 47 km.

Los imprescindibles

Las fiestas

Esta semana llegan las patronales de San Antón, que atraen a todos los hijos del pueblo que residen fuera; búsqueda de madera para las hogueras, procesiones... en verano se celebran además las fiestas de Santa Ana.

El castillo y las cuevas

Del castillo árabe quedan algunos paños de muro, pero la imagen más popular es la de las llamadas Hermanicas, torres de vigilancia del emplazamiento. En el otro lado de la pared que abriga el pueblo hay una hilera de cuevas.

Manolita Medrano

La ejemplar labor de la bibliotecaria local es muy valorada por sus vecinos; además de su tarea con los libros, colabora en la educación de adultos con actividades diarias, y prepara programas especiales para los niños en vacaciones.