Cantando desde Zaragoza hasta el corazón de Alemania

Como ocurre tantas y tantas veces, hace un par de años una joven alemana se vio obligada a abandonar su hogar por motivos laborales. Anja Kaiser llegó a Zaragoza en 2017 por trabajo, teniendo que abandonar su hogar, Kutzenhausen; un municipio de apenas 2.000 habitantes ubicado al suroeste de la región de Suabia, en Alemania.

“Es difícil de explicar pero en mi hogar la música es verdaderamente importante. Estoy segura de que no hay pueblos tan pequeños con tantos coros en Alemania”, bromea Kaiser, que asegura que tanto su padre como su madre pertenecen a un coro, como ella desde que tan solo era una niña, la coral ‘I Voices’. Por eso, parece natural que una de las primeras cosas que hiciera nada más afincarse en la ciudad de Ebro fuera ir en busca de un nuevo coro. “Di con uno por internet en el que ese mismo día me dieron cita para una prueba: ‘Enarmonía’. Me llamó la atención su repertorio, muy parecido al de mi coro alemán, ya que cantaban muchos temas de pop en inglés”, recuerda.

También supuso uno de los mayores retos de su vida ya que le ayudó a sumergirse de lleno en una nueva lengua de la mano de un lenguaje universal como es la música. “Al poco de llegar estrenamos un nuevo repertorio latinoamericano, así que pronto me vi memorizando letras que ni siquiera entendía”, bromea.

Kaiser cuenta ilusionada como, en cada uno de sus viajes a Alemania, aprovechaba cada momento para hablar de su nueva familia musical en zaragozana. “Les contaba que están tan locos por la música como nosotros, que en cualquier reunión o cena acabábamos cantando y que me encantaría juntarlos a todos”, explica. Sin embargo, la joven jamás pensó que su sueño se materializaría casi dos años después, gracias a una invitación oficial de los ‘I Voices’ para cantar juntos en su pueblo natal con motivo del 20 aniversario de la coral alemana.

Y, dicho y hecho, meses después un grupo de 40 coralistas maños iniciaban una aventura, en concreto el viernes 8 de noviembre a primera hora de la mañana, con destino a Alemania. Cantaron en el autobús que les llevó a la T4, y, por supuesto, en el vuelo con destino a Munich –ante la mirada atónita, relatan, del resto de pasajeros-. “Todo el pueblo se ha volcado, nos quedamos en casas de los propios vecinos y hemos conseguido una subvención de una asociación local. El resto trataremos de sacarlo de nuestros conciertos”, afirma.

La primera parada de esta ‘gira’ improvisada tuvo lugar en la una Parroquia de Augsburgo, gracias al padre Faustino: “Quería aprovechar al máximo el viaje así que contacté con la Misión Católica de Hispanohablantes de la ciudad. Aproveché uno de mis viajes para hablar en persona con el párroco y, mientras escuchaba la misa,  para mi sorpresa, comenzó a relatar cómo había sido su vida en Zaragoza”, explica la joven, todavía incrédula. “Cuando terminó, me acerqué a él y le dije, usted y yo tenemos muchas cosas en común”, añade.

‘En casa, la música es mi hogar’

El segundo concierto se desarrollaba, como no podía ser de otra manera, en su pueblo natal, en el pabellón de Kutzenhausen bajo el título ‘En casa, la música es mi hogar’. Además, parte de la recaudación de sendos eventos irá dirigida a sufragar parte de los gastos del viaje, y el resto al colectivo ‘África piensa’, que recauda fondos para facilitar el acceso de los niños africanos a una educación de calidad.

“Cuando nos lo propuso no lo dudamos ni un momento. Siempre le decimos a Anja que la cigüeña se equivocó con ella en su lugar de nacimiento”, bromea Noelia Torres, directora del coro aragonés minutos antes de acceder al que sería el último ensayo del coro antes de partir. “Entre el equipaje hemos repartido varios productos de la tierra, para que ellos puedan conocer algo más de Zaragoza, como cachirulos, vinos de Borja o adoquines para los niños”, explica, al tiempo que asegura que es mucho más que un intercambio musical.

“Ahora nos toca pensar en la segunda parte, queremos que vengan ellos a Zaragoza y canten en nuestra ciudad”, prosigue Torres. En cuanto a los repertorios elegidos, en Augsburgo la temática elegida fue el góspel, mientras que en Kutzenhausen se decantaron por algo más… personalizado, con un tema de Héroes del Silencio, una jota de ronda de Aragón y una canción de despedida, ‘An Irish Blessing’. “Recientemente Anja nos confesó que regresará a Alemania definitivamente en marzo. Para nosotros también es como un homenaje a ella”, concluye.