El ruido de bares y discotecas puede depreciar hasta un 50% el valor de las viviendas afectadas

Las inmobiliarias aseguran que nadie quiere vivir en estos pisos y que tardan meses en encontrar nuevos inquilinos.Los vecinos endurecen sus críticas y exigen medidas a las administraciones.

Decenas de personas en las calles del Tubo, ayer.
Decenas de personas en las calles del Tubo, ayer.
Aránzazu Navarro

El ruido de bares y discotecas puede depreciar hasta un 50% el valor de las viviendas situadas en zonas saturadas. Inmobiliarias de las tres provincias confirman que este problema, que afecta a más de 50.000 hogares de la Comunidad, hace que pisos de 150.000 euros se queden "en 70.000" y que tarden en venderse o alquilarse "meses y meses".

Guillermo Aguilar, administrativo de Adriática Inmobiliaria, asegura que "nadie" quiere vivir en estos inmuebles y que en el caso de Zaragoza "se están creando guetos", ya que "solo los alquilan quienes no pueden permitirse precios más altos". Estos problemas afectan especialmente al Casco y a calles como Maestro Marquina o María Lostal. "Son pisos que pueden tardar hasta tres o cuatro meses en alquilarse. Si estuvieran dos calles más a la derecha tardarían horas", explica.

Esta situación "ha ido a más en los últimos años". "También influyen las peleas, la suciedad y los grafitis", apunta Aguilar, que afirma que los jóvenes "directamente no miran estas zonas". "Hay, sobre todo, gente mayor, alquilados, mucho piso cerrado y otros que son propiedad del banco", añade.

Lourdes Muro, comercial de VIVE Inmobiliaria (Huesca), señala "el Coso y las zonas en las que los coches pueden pasar a mayor velocidad" como los puntos más conflictivos. "Hay gente que rechaza pisos allí por este motivo. Se nota especialmente en los seminuevos. Si no están reformados, el ruido es directamente un motivo de descarte. Los nuevos, en cambio, sí suelen estar aislados", comenta.

En Teruel, las mayores depreciaciones se registran "en la zona de bares y en el Ensanche". "Hay comunidades que tratan de limitar la instalación de salidas de humo en los bajos de los edificios para que no puedan instalarse negocios que producen ruidos de noche o de madrugada", indica Marisa Polo, representante del Colegio de Administradores de Fincas de Aragón en esta provincia.

Manuel Castelló, socio de la empresa Ventanas y Persianas Castelló, ubicada en Zaragoza, confirma que la mayor parte de los encargos proceden "del Casco Histórico". "También los hay del entorno del paseo de María Agustín. El tráfico influye. Hay quien tiene debajo una parada del tranvía y decide aislar su casa. Son, sobre todo, viviendas antiguas, aunque también se cambian ventanas en obra nueva de Valdespartera, Rosales del Canal o Miralbueno", recalca. Pese a que ninguna solución elimina el ruido al 100%, hay alternativas, como las ventanas de PVC y los vidrios acústicos, que reducen hasta 42 decibelios el ruido exterior. "Supone, por así decirlo, pasar de un ruido brutal a un murmullo", explica.

Sanciones y expedientes

Carlos Monge, portavoz de la asociación de vecinos La Huerva, asegura que en El Rollo "hay familias jóvenes que, al ser padres, han decidido poner su piso a la venta". "Aquí, la venta está depreciada por lo que ocurre en la calle. A día de hoy es imposible que una persona que compró una vivienda y la reformó recupere la inversión", admite. Pese a que el colectivo ha conseguido en el último año y medio que se cierren bares y que se impida que otros reabran, la situación "es visualmente la misma". "Se han abierto unos 40 expedientes a siete locales y se han puesto unos 38.000 euros en multas. La presencia policial es mayor y las sanciones se han endurecido, pero es un camino arduo", señala.

El botellón ha provocado "trastornos del sueño e incluso depresiones" a varios vecinos del entorno. "Hablamos de pisos de muchos años con materiales de obra de mediana calidad. Hay gente que se ha gastado mucho dinero para aislarlos", recalca.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión