Los vecinos de Arcosur han vuelto a ser víctimas de varios robos en garajes. En la madrugada del día 5 se sustrajeron catalizadores y mandos de acceso de las parcelas E31 y E23, correspondientes a la avenida de los Cañones de Zaragoza y de la calle de los Picos del Infierno respectivamente.

Este martes, justo una semana después, ha vuelto a ocurrir lo mismo, aunque en las parcelas E35 y E20 (paseo de los Arqueros y calle de la Cresta de las Espadas). Raúl Chueca, presidente de la asociación ‘Arqueros’ de Arcosur, asegura que en este último suceso se han contabilizado al menos cuatro vehículos afectados en cada parcela. “La reparación que tendrán que hacer sus titulares oscila entre los 800 y los 1.200”, añade.

A esto hay que sumar que “varios vecinos echan en falta los mandos de acceso que guardaban en sus vehículos”. Los afectados dicen no haber encontrado signos de que hayan forzado su apertura, por lo que creen que se trata “de delincuentes profesionales”.

El colectivo vecinal ya se ha dirigido a la concejala delegada de Policía Local, Elena Giner, para exigir una mayor presencia policial en el barrio “ante la reincidencia observada y la gravedad de los hechos”.

Chueca confirma que los vecinos de las parcelas E31 y E23 “ya piensan en instalar cámaras de seguridad” y modificar la frecuencia de sus mandos. No en vano, en verano se registró un episodio similar. Entonces, hasta tres comunidades de vecinos fueron objeto de robos. Ocurrió durante el pasado puente de la Asunción. “Se llevaron cinco catalizadores, documentación de varios vehículos y mandos a distancia”, explicaba entonces el presidente de la asociación de vecinos.

Los ladrones, que también intentaron cortar la cadena de seguridad de una motocicleta, «forzaron una salida de ventilación para acceder a una de las fincas». No obstante, en el resto «no se observaron daños en los accesos», de ahí que los vecinos sospechasen de que «disponían de llaves originales».

Los catalizadores robados tenían un precio «de entre 600 y 800 euros, en función del modelo». «Por suerte, no lograron llevarse ningún vehículo», añadía Chueca. Aquella noche nadie oyó ni vio nada.

El presidente del colectivo vecinal recuerda que hace aproximadamente dos años sucedió un episodio similar. Desde entonces, ha habido vecinos que han decidido reforzar la seguridad de sus trasteros. «Yo mismo cambié la cerraja por una cerradura de tres puntos. Cada cual debe pensar en qué tiene guardado y qué puede hacer para mantener todo a salvo», apuntaba Chueca.