Un manto en blanco y plata

La Virgen del Pilar vistió ayer el paño que HERALDO DE ARAGÓN donó al Cabildo con motivo del 120 aniversario de este diario.

La Virgen, ayer en la basílica del Pilar, con el manto bordado por Olga Velilla.
La Virgen, ayer en la basílica del Pilar, con el manto bordado por Olga Velilla.
Raquel Labodía

La Virgen del Pilar lució ayer el manto que HERALDO donó al Cabildo el año pasado con motivo de la celebración del 120º aniversario del diario. El paño, con diseño de Pablo Calahorra, representa una Anunciación –festividad que se celebraba ayer– y fue bordado meticulosamente por la artesana zaragozana Olga Velilla. Está tejido sobre brocado de color blanco roto y tiene pasamanerías y flecos en plata. En su parte frontal luce una pequeña ‘H’, en el azul corporativo de este periódico, y en el dorso lleva bordada la leyenda "A nuestra querida Virgen del Pilar, donado por HERALDO DE ARAGÓN en su 120 aniversario. Zaragoza, 1895-2015".

La colección del Cabildo tiene ya más de 500 paños, y en ella están representadas las principales instituciones y empresas de la comunidad autónoma. HERALDO se sumó así a una tradición que se remonta al menos al siglo XVIII, ya que el manto más antiguo que se conserva, el del Cabildo, data de 1762, año en que lo terminaron las monjas capuchinas de Zaragoza.

La bordadora Olga Velilla, con tienda y taller en el Arrabal (Sixto Celorrio, 7), expresaba ayer su satisfacción por ver de nuevo la imagen de la Virgen con uno de sus diseños. "Es una emoción incalculable. El manto incluye rostros bordados y fue un trabajo muy laborioso porque resulta complicado plasmar con hilo las facciones humanas con naturalidad", explicaba la autora. Velilla hizo su primer manto a la Virgen del Pilar en 1997 y justo esta semana ha recibido el encargo que será su manto número 66. Entre sus últimos trabajos figuran los paños dedicados los vinos de las piedras de Cariñena o el de la Unión de Escuelas de Familias Agragrias.

En el manto de HERALDO, que se entregó el 22 de enero de 2016, se eligió como motivo la Anunciación, que aparece narrado en el Evangelio de San Lucas. Se trata del episodio de la vida de la Virgen María en el que el arcángel Gabriel le comunicó que iba a ser la madre de Jesús por lo que el pasaje –y su buena nueva– tiene ciertas resonancias periodísticas.

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