Se han convertido en un eje imprescindible para la política municipal, pero carecen de un marco "claro, seguro y preciso". El PP presentó ayer una proposición normativa para la aprobación de una ordenanza que regule las consultas ciudadanas.

Su portavoz, Jorge Azcón, aseguró que esta propuesta, abierta a modificaciones de forma y fondo, dará "claridad normativa y seguridad jurídica". Así se evitará, según sus palabras, que queden sujetas a las decisiones arbitrarias del gobierno de turno. La intención es que la proposición, elaborada en colaboración con expertos de la Universidad de Zaragoza, salga adelante "con el mayor consenso posible" y pueda ser mejorada por otros grupos.

En estos procesos participarían vecinos (empadronados y mayores de 16 años), entidades ciudadanas y agentes económicos y sociales. Podrían iniciar uno el alcalde, los grupos políticos, dos tercios del consejo de ciudad y el 5% del censo de Zaragoza. De acuerdo con Azcón, habría cuatro fórmulas en función del coste de la iniciativa que se someta a votación. La primera, ligada a reuniones informativas de distrito, se centraría en inversiones de un máximo de un millón de euros. La segunda, relativa a las consultas vecinales, está ideada para iniciativas de hasta seis.En este caso, se necesitaría el ‘sí’ del pleno.

Habría una tercera, las consultas vecinales de carácter especial, que implicaría a más de un distrito. Englobaría a aquellos proyectos que alcancen el 5% de la inversión municipal. Aquí se enmarcaría la consulta sobre la segunda línea del tranvía, que arrancará apenas 48 horas. La cuarta y última, enfocada en las iniciativas ciudadanas sobre ordenanzas municipales, pretende que los vecinos puedan presentar al Ayuntamiento proyectos de creación, modificación, reforma o derogación de ordenanzas municipales (a excepción de las de carácter fiscal).

El portavoz destacó que esta es la primera vez que un grupo municipal presenta un texto completo. Para evitar sesgos partidistas, "no podrá convocarse a consulta durante el periodo comprendido entre los seis meses anteriores a cualquier proceso electoral y los dos siguientes" a la votación."La gente no es tonta"

Azcón también se refirió a la participación que tendrá la encuesta de la línea dos del tranvía. Cree que "no va a ser muy amplia" y que "lo que mal empieza mal acaba". En este sentido, aludió a la escasa asistencia a las reuniones informativas organizadas en "algunas juntas de distrito". Se trata de "un proceso unilateral" que está llamado "al fracaso". "La gente no es tonta. Lo que de verdad quiere saber es si se puede pagar una segunda línea", señaló.