Los suelos del Portillo se sitúan en la mesa como una posible solución

La manzana, propiedad de Zaragoza Alta Velocidad, podría ser objeto de negociación las próximas semanas.

Una vez tramitada la licencia de derribo, que se compromete a no utilizar durante el próximo mes, Brial quiso trasladar de inmediato su disposición a buscar una salida al margen de los suelos que ya puede demoler. La constructora, que acogió con "satisfacción" lo que considera "cumplir con la legalidad", exige que la posible solución a los actuales terrenos ofrezca un aprovechamiento "equivalente" y tenga "características y de ubicación similares". De las opciones barajadas hasta la fecha, la más parecida se encuentra, precisamente, casi al lado: se trata de dos parcelas de los antiguos suelos ferroviarios del Portillo, con 9.200 y 11.370 metros cuadrados edificables, respectivamente.


Estos suelos, que según fuentes próximas al caso ya se han puesto encima de la mesa en otras ocasiones y son propiedad de Zaragoza Alta Velocidad, podrían formar parte de nuevo de una negociación, pero no serían los únicos: también se han barajado otros como los antiguos depósitos del parque de Pignatelli, otros situados en el entorno de la Floresta (junto a la prolongación de Gómez Laguna) u otros, incluso, junto al Canal Imperial.Llamamiento a negociar


La respuesta de Brial, que incluyó una carta al alcalde Santisteve, se enmarcó en una cascada de reacciones y llamamientos a que se pueda alcanzar una solución que pase por no demoler Averly. El concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz, lo intentó durante un tenso pleno y recriminó a PSOE, PP y Ciudadanos que al no aceptar su propuesta y por tanto tener que dar vía libre a la licencia de derribo el Consistorio acudiría ahora a negociar "con menos fuerza". Durante ese mismo debate, de hecho, fue la concejal socialista Lola Ranera quien se ofreció a hablar con la propiedad para que "la empresa se comprometa a abrir negociaciones y mientras tanto no proceda al derribo", en la línea de lo que, precisamente, luego comunicó Brial poniendo el plazo de un mes.


La propia Ranera, después de la comisión y de tramitar la licencia, instó al Gobierno de ZEC y a la empresa Brial "a buscar soluciones viables desde hoy mismo, que armonicen los intereses divergentes puestos de manifiesto en torno a Averly para que no sea preciso llevar a sus últimas consecuencias la licencia de derribo de la antigua factoría". En este sentido, Ranera aludió al mes de plazo pedido para completar con informes la propuesta de ZEC, que fue dejada "en la mesa". "Ambos deben hacer borrón y cuenta nueva respecto a lo que han sido sus relaciones a lo largo de este año, aún están a tiempo de lograr un buen acuerdo", afirmó.

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