El Miércoles Santo es la noche de fe y pasión en la Semana Santa del barrio del Arrabal, pero la de este miércoles brilló doblemente por la celebración que durante este año conmemora la Cofradía del Santísimo Ecce Homo y de Nuestra Señora de las Angustias: los 50 de su primera salida procesional con el Ecce Homo de la parroquia de San Felipe, imagen titular de esta cofradía.

Fue en el año 1967 cuando se consiguieron los permisos por parte del Obispado para poder sacar a la calle la talla de San Felipe, imagen anónima del siglo XV y joya de la Semana Santa aragonesa, gracias al trabajo de la Junta de Gobierno encabezada entonces por Manuel Sastrón y la iniciativa de Juan Antonio Gracia. Hasta entonces, se sacaba el paso tallado por Tomás Llovet en 1818, propiedad de la Hermandad de la Sangre de Cristo que se encuentra en la iglesia de San Cayetano.

De manera especial, este Miércoles Santo fueron las dos tallas las que salieron de la iglesia de Altabás, en el vía crucis que recorrió el Casco Viejo del Arrabal y el Puente de Piedra en dirección a sus respectivas parroquias entre el sonido de las matracas, instrumentos que toca la cofradía del Ecce Homo, en lugar de tambores.

La Cofradía del Santísimo Ecce Homo y Nuestra Señora de las Angustias se funda en 1681 y procesiona desde 1948. Viste el hábito de los 'terceroles' y en la actualidad está formada por unos 200 cofrades.

Al principio, la imagen se portaba a hombros en una peana de madera de líneas renacentistas, y desde 1977 en una carroza que incorporó las ruedas, hasta que en 2008 se decidió que volviera a ser mecido por los hermanos. "La sensación de cercanía es mucho más íntima cuando se porta a hombros, pero es un poco personal de cada cual; hay quien puede tocar y sentirse integrado y hay gente que por llevar el Cristo se siente más unido", comentaba Pedro Elipe, Hermano Mayor de la Cofradía, por "una noche tan especial" en la historia de la agrupación religiosa.

Ya durante el año la cofradía ha ido realizando actividades para conmemorar esta efeméride, como la conferencia que impartió la catedrática de Historia del Arte Mari Carmen Lacarra sobre la iconografía religiosa del Ecce Homo.

También este Miércoles Santo brilló de manera especial la talla del Cristo obra de Tomás Llovet, que ha sido restaurado por Francho Almau, de manera que se han subsanado las grietas que presentaba la imagen en el tórax, la parte de la espalda y en la zona de los pies, se ha reforzado la base, se han retirado barnices oxidados y ha recuperado la policromía.