Mientras la crisis obliga a echar el cierre a muchos negocios, la oferta de clínicas dentales en Calatayud no para de aumentar. Dos nuevos centros han abierto sus puertas y otros dos prevén su apertura en los próximos meses (tres de ellos se sitúan a escasos metros). 

Desde el consistorio bilbilitano aclaran que hay cuatro clínicas dentales registradas en el epígrafe del I.A.E. (Impuesto de Actividades Económicas). Pero, además existen más de ocho clínicas que realizan su actividad como autónomos en pisos o establecimientos. Así, Calatayud suma más de 12 centros de atención odontológica para los poco más de 20.600 habitantes de la localidad.

El presidente del Colegio Oficial de Odontólogos de Aragón, Luis Rasal, recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un dentista por cada 3.000 habitantes. Rasal califica de “selva” el boom que vive el sector, que también alimentan franquicias, aseguradoras médicas y centros sanitarios privados.

Pero, cuál es el motivo de esta burbuja bucal. Rasal explica que “no existe legislación alguna que controle el número de clínicas dentales por habitante, como sí ocurre con las farmacias”, que para autorizar su instalación están supeditadas al departamento de Sanidad del Gobierno de la comunidad aragonesa.

Además, “cualquiera puede montar una clínica dental, aunque no tenga estudios relacionados con el sector”, dice Rasal, quien asegura que este hecho hace que en algunos centros prime el beneficio económico antes que el del paciente. “Lo ideal es que el dueño de un clínica dental sea especialista y no solo se busque la rentabilidad del negocio”, subraya.

"Tendría que haber unas siete clínicas"

Por su parte, la propietaria de una clínica familiar en Calatayud asegura que “tendría que haber unos siete dentistas máximo y vamos a ser más del doble si tenemos en cuenta que en algunas clínicas de la localidad trabajamos varios profesionales”. Esto, continúa, “perjudica a los que amamos al sector porque muchas de las clínicas son propiedad de personas ajenas al pueblo, que solo buscan solución comercial para sus bolsillos y no tanto para el paciente”, concluye.

Luis Rasal detalla que, en el caso de Calatayud, esta excesiva oferta de centros bucodentales "en teoría beneficia al paciente porque existen más propuestas de precios". Pero no es oro todo lo que reluce. "Recomiendo que el usuario pida segundas opiniones a otros profesionales y que demande un resguardo con el precio y los tratamientos para que siempre tenga una garantía por si luego se tienen problemas", sentencia. "En algunas clínicas establecen precios muy atractivos, pero al mismo tiempo incrementan el número de tratamientos para salvar ese margen de ganancias", apunta Rasal.