El Ayuntamiento detecta 25 asentamientos de chabolas en los que viven más de 200 personas

Aumenta el número de naves y pisos vacíos que son ocupados por familias que carecen
de vivienda.

Chabolas en Delicias.
Los refugios de los olvidados

Duermen en pequeños habitáculos construidos con materiales desechados, cocinan en hogueras, lavan en pequeños barreños y todo ello, en algunas ocasiones, rodeados de basura. Estas son las condiciones de vida de más de 200 personas localizadas por el Ayuntamiento en 25 enclaves de la capital aragonesa. El mapa del chabolismo en Zaragoza que han elaborado desde el Área de Acción Social del Consistorio localiza los puntos conflictivos y el perfil de las personas que viven en ellos, entre otros datos que ayudarán a abordar la situación.


El consejero de esta área, Roberto Fernández, adelantaba ayer en la comisión de Acción Social en respuesta a una pregunta de CHA algunas pinceladas de este informe que todavía no ha sido hecho público pero que pretende, según dijo, hacer un diagnóstico del problema y, a partir de ahí, establecer un protocolo de actuación con diferentes servicios municipales, desde Servicios Sociales hasta Vivienda, pasando por Medio Ambiente. «Hay que conjugar una estrategia de actuación», dijo.


Y todo a pesar de que, según Fernández, «Zaragoza no tiene un problema grave de chabolismo, pero no se puede fomentar un efecto llamada y no se debe dejar de actuar». Según indicó, no se ha producido un gran incremento del número de infraviviendas, aunque sí del denominado «chabolismo vertical», es decir, de personas que ocupan pisos vacíos o naves, una situación que, puntualizó, es más complicado detectar. Sí que se han localizado algunos puntos, por ejemplo, en el Barrio de Jesús.


También ha cambiado el perfil de las personas que habitan en estos enclaves. Mientras que antes la mayoría eran gitanos españoles o portugueses, ahora son casi todos rumanos o inmigrantes procedentes de otros países.


Las medidas de intervención llevadas a cabo hasta ahora han conseguido acabar con algunos asentamientos en las inmediaciones de los polígonos de Malpica, Cogullada o junto a la rotonda de la MAZ, apuntó el concejal de CHA, Carmelo Asensio. No obstante, sí que persiste el problema en determinados puntos de la carretera de Logroño, avenida de Cataluña, autovía de Huesca o junto a la estación de Delicias.


En esta última zona, junto a la intermodal y frente al nuevo centro de especialidades Inocencio Jiménez, hay instalados una docena de habitáculos construidos con chapas, colchones viejos y cartones que ni siquiera llegan a ser chabolas. Junto a ellas, restos de fogatas con ollas para cocinar, pequeñas mesas y sillas que, por su apariencia, bien podrían proceder de algún contenedor de basura. Y todo ello junto a montones de basura y ropa vieja apilada. El solar, de una constructora, está vallado por lo que les permite cierta ‘intimidad’.


Denis, un rumano de 22 años que no vive allí pero que conoce a alguno de sus moradores, aseguró que viven unas 20 personas, todos adultos y rumanos que no tienen trabajo y que van y vienen a su país porque han dejado allí a sus hijos. Muchos de ellos se dedican a la mendicidad. Él es afortunado porque vive con sus padres en un piso, pero va a volver a su país porque tiene allí a sus hijos y aquí lo único que ha logrado es un trabajo por 300 euros al mes.