Crimen de Ricla

El detenido reconoció a la Policía haber descuartizado a su mujer, pero negó haberla matado

El marido de la mujer descuartizada ingresó en prisión por orden judicial. Los datos que han trascendido del caso revelan que había trabajado como carnicero y que en su garaje había rastros de sangre.

Casi cuatro horas de declaración y más de 150 preguntas a las que Antonio Losilla Longares respondió con todo tipo de explicaciones no evitaron que el titular del Juzgado de Instrucción número 7, Rafael Lasala, este martes en funciones de guardia, decretara su ingreso en prisión provisional como presunto autor del asesinato de su mujer, Pilar Manuela Cebrián Embid.


La mujer desapareció en abril en Ricla y todo indica que, a pesar de que todavía no se han recibido los resultados del análisis del ADN, su cadáver es el que fue hallado la semana pasada descuartizado y enterrado en varias bolsas en un campo de Cadrete.


Sobre el sospechoso pesa una orden de prisión incondicional y sin fianza. Su abogado, el zaragozano Javier Notivoli, incidió en la declaración de inocencia hecha por su cliente ante el instructor y el representante fiscal a pesar de la carga de la prueba presentada en su contra.


No obstante y a pesar de sus manifestaciones ante el juez, la Policía cuenta con otras declaraciones muy distintas que Antonio Losilla hizo durante el exhaustivo registro que se llevó a cabo el lunes en la casa familiar de Ricla. Según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas a la investigación, allí admitió que la había descuartizado, aunque no que la había matado. Según estas explicaciones, que fueron incorporadas al acta, el detenido habría discutido con su mujer y esta se cayó por las escaleras. Luego él se marchó y al volver la encontró muerta, por lo que tuvo miedo de que le acusaran y decidió descuartizarla en el garaje y repartir sus restos entre La Almunia y Zaragoza.


Los familiares de Antonio Losilla, sus dos hermanos, Francisco y Victoriano, así como sus dos hijos, de 25 y 21 años, se acercaron al juzgado para proclamar la inocencia del detenido y recordar que todavía no se sabe si los restos son de su cuñada y madre, respectivamente. «Cuando se conozca, ya se verá lo que se hace, pero mi padre es inocente», señaló su hija. Victoriano Losilla afirmó que sería «muy chungo» que se condenara a Antonio y luego su cuñada «apareciera».


La mujer desapareció en abril en Ricla y todo indica que, a pesar de que todavía no se han recibido los resultados del análisis del ADN, su cadáver es el que fue hallado la semana pasada descuartizado y enterrado en varias bolsas en un campo de Cadrete.


Según informó la agencia Efe, sobre el sospechoso pesa una orden de prisión incondicional y sin fianza. Su abogado, el zaragozano Javier Notivoli, incidió en la declaración de inocencia hecha por su cliente ante el instructor y el representante fiscal a pesar de la carga de la prueba presentada en su contra.


Tras ordenar el ingreso en prisión del presunto autor del crimen, de 55 años de edad, el juez Lasala acordó inhibirse en favor del Juzgado de Violencia contra la Mujer de Zaragoza, quien se hará cargo de las investigaciones a realizar.


Un sumario de más de 1.000 folios

En total, desde que fue formulada la desaparición de la víctima, Pilar Manuela Cebrián Embid, de 52 años, el sumario instruido ha acumulado más de mil folios que relacionan al sospechoso con los hechos.


Los datos que han trascendido del caso, sobre el que pesa desde hace siete meses una orden de secreto de sumario, revelan que el imputado había trabajado como carnicero y que en el garaje de su vivienda había rastros de sangre.


La mujer, Pilar Manuela Cebrián Embid, de 52 años, desapareció el pasado 3 de abril aunque su marido tardó tres semanas en denunciar los hechos, algo que provocó las sospechas de los responsables policiales.


Al parecer, en su entorno más cercano, el detenido se limitó a comunicar inicialmente que su mujer había decidido marcharse sin avisar a nadie.


Fuentes próximas al entorno familiar del presunto autor del crimen, que convivía hasta el momento de su detención con sus dos hijos, de 21 y 25 años, denunció la desaparición de su mujer el 25 de abril ante las sospechas que le transmitieron dos familiares de su esposa.


Estas fuentes han añadido que el matrimonio recibió de los padres de la víctima la propiedad de la casa familiar en Ricla, actualmente a la venta en un portal inmobiliario, y del negocio de carnicería que estos regentaban en la población, donde el imputado trabajó un tiempo con su mujer.


Han explicado, además, que el marido de la víctima, debido a su carácter "posesivo", no asumió en ningún momento que su esposa encontrara trabajo en Zaragoza en 2008 y que ampliara su red de amistades.


La conducta del detenido tras la desaparición de la mujer, con la publicación en las redes sociales de un perfil en el que hablaba de sus gustos y expresaba su intención de buscar pareja, incrementó las sospechas de las agentes.


Unos pocos días después de hallarse los restos en un campo de cultivo de Cadrete, posiblemente desenterrados por las intensas lluvias registradas en la zona, se llevó a cabo la detención del sospechoso.


A pesar del avanzado estado de descomposición del cadáver, y a la espera del resultado de las pruebas de ADN, los agentes procedieron a la detención de Antonio Losilla tras comprobar la existencia entre los restos de indicios acerca de la identidad de la fallecida.


El sospechoso, que había vivido en Ricla con su mujer y sus dos hijas, de 21 y 25 años, fue detenido el pasado sábado en un piso de la capital aragonesa.