JUSTICIA

El fiscal pide siete años de cárcel para el dueño de un bar por tráfico de drogas

El acusado alegó que era para su consumo y admite la posesión pero no que la vendiera en el local.

Sergio Alejandro, tras ser juzgado en la Audiencia.
El fiscal pide siete años de cárcel para el dueño de un bar por tráfico de drogas
JOSé MIGUEL MARCO

Sergio Alejandro Luna fue juzgado ayer por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza acusado de vender droga en el bar que regentaba en la calle de Salvador Allende de la capital aragonesa. El fiscal pidió para el inculpado siete años de cárcel por un delito de tráfico de drogas agravado por el hecho de que eran distribuidas en un establecimiento público.


Por su parte, el abogado de la defensa, Javier Notivoli, solicitó la libre absolución porque las sustancias aprehendidas eran para el propio consumo de su cliente y, alternativamente, que se le aplique la atenuante muy cualificada de drogadicción y se le imponga una condena de un año y medio de prisión. El letrado alegó que la cocaína no era para su distribución y el resto de las drogas era una mera tenencia o posesión.


Sergio Alejandro fue detenido el 11 de febrero de 2011 en el local que entonces regentaba, el pub Sherlock Holmes. Varios agentes de Policía llevaban un tiempo investigando el supuesto tráfico de drogas en el bar y dos de ellos entraron simulando ser clientes y vigilaron sus movimientos. Esa noche, observaron cómo una pareja llegaba en un coche y, a la altura del local, aparcaba en la acera y lo dejaba con los intermitentes puestos. La mencionada pareja entró al bar, pidió una consumición y, momentos después, el hombre entraba al baño y, seguidamente, el acusado. Apenas unos instantes después salieron y, tras tomarse las bebidas y sacar tabaco, se marcharon. Otros agentes interceptaron el vehículo y encontraron en el techo solar del mismo una papelina con 0,77 gramos de cocaína.


Mientras tanto, el resto registraba el bar y hallaba 40 gramos de cocaína de distintas purezas (ninguna igual a la ocupada a la pareja), 49,45 gramos de éxtasis y 2.095 gramos de hachís, todo oculto en la cocina. También hallaron una balanza, siete teléfonos móviles y 1.175 euros en billetes, así como una libreta con anotaciones que la Policía interpretó que tenían relación con el tráfico de drogas.


Los médicos forenses que analizaron muestras del pelo del acusado llegaron a la conclusión de que es un «consumidor antiguo y crónico de drogas y en dosis altas».