La tradición pudo al frío en el día grande de las fiestas de Villafranca de Ebro

El frío no pudo con la tradición. Los vecinos de Villafranca de Ebro celebraron ayer el día grande de las fiestas en honor de Santa Bárbara con la procesión por las calles del pueblo como principal atractivo. No importó el viento, ni las bajas temperaturas, solo la patrona y la posibilidad de reunirse con familiares y amigos residentes en otros lugares que han aprovechado el fin de semana y el largo puente para estar con los suyos.

Los habitantes del municipio y los miembros de la charanga acompañaron a la imagen de la santa, portada por las reinas y los quintos, en su recorrido hasta la iglesia, donde se ofició la misa. Una ceremonia de marcado carácter baturro, con la participación de la escuela de jota local. En el templo se realizó una ofrenda floral a la patrona.

Después, el cofrade mayor de este año, Julio Fustero Gracia, invitó, como mandan los cánones, a quien así lo desease a un vino y a pastas, bendecidas para la ocasión en el templo. A continuación, todos, con las canciones de la charanga de fondo, fueron al pabellón para disfrutar de un vermú popular.

Las celebraciones en este núcleo urbano de poco más de 800 personas censadas comenzó el viernes con el chupinazo, las visitas a las respectivas peñas, la fiesta de la cerveza (acto indispensable en cualquier localidad) y actuaciones musicales.

Ayer por la tarde, después de una merecida siesta (la noche anterior había sido larga), ofrecieron un café concierto. Luego hubo sesión de baile con orquesta, que también se retomó pasada la medianoche para rematar la jornada con la disco-móvil, ya de madrugada.

Teresa Bosque, concejala de Festejos y Cultura, se mostró satisfecha porque los villafranquinos, según aseguró, le dijeron que les gustaba el programa de actividades de sus fiestas mayores, que se prolongan hasta el día 8.

Hoy acude la banda municipal de Gelsa. Una vez concluya su intervención, se celebrará una misa y la ofrenda de frutos. La asociación de mujeres organizará su comida en el salón parroquial y los más pequeños lo pasarán en grande en el pasacalles.