PUENTE DE PIEDRA

"Lo lógico es que el puente de Piedra, antes o después, acabe siendo peatonal"

Las partes implicadas coinciden en que los vehículos dejarán de pasar por esta estructura, aunque alertan de que el proceso no será sencillo. Los vecinos y los taxistas advierten de la necesidad de dotar a la margen izquierda de alternativas rápidas y eficaces para cruzar el río.

De izquierda a derecha, Julio González, Jerónimo Blasco, Rafael Tejedor y José Manuel Pérez Latorre, junto al puente de Piedra.
De izquierda a derecha, Julio González, Jerónimo Blasco, Rafael Tejedor y José Manuel Pérez Latorre, junto al puente de Piedra.
OLIVER DUCH

La posibilidad lleva años apareciendo en el horizonte, pero nunca se ha llegado a materializar. Tan cerca y tan lejos como una orilla de la otra, la peatonalización del puente de Piedra ha sido una idea muchas veces planteada y hasta en alguna ocasión decidida; sin embargo, no ha habido alcalde que al final se haya atrevido. Otra vez en el debate público, el proyecto suscita halagos y recelos. Defensores y detractores coinciden en la importancia histórica y patrimonial del puente y, en el fondo, en la convicción de que tarde o temprano dejará de soportar el paso de autobuses y taxis.


Jerónimo Blasco, consejero municipal de Cultura y Grandes Proyectos; José Manuel Pérez Latorre, arquitecto participante en la última gran reforma del puente; Rafael Tejedor, presidente de la asociación de Vecinos Tío Jorge del Arrabal; y Julio González; miembro de la junta de Autotaxi, hablan de patrimonio, de movilidad y de historia, algunas de las claves necesarias para hincar el diente al puente de Piedra. A escasos metros de sus agrietadas arcadas, y en una tarde casi primaveral, resulta casi imposible dedicarle algún que otro piropo.


Pérez Latorre: Desde el punto de vista visual es atractivo, muy medieval, tiene arcadas de diferentes tamaños, y eso le da una gracia excepcional.


Jerónimo Blasco: El tema fundamental es la importancia histórica que tiene, es obvio que se trata de un puente con una clara vocación peatonal, estamos hablando de un Bien de Interés Cultural.


Pérez Latorre: El puente de Piedra se configura actualmente como una estructura importante también por su capacidad de unir andando las dos partes, yo creo que se usaría más si no hay autobuses de por medio.


Julio González: Nos guste o no nos guste, antes o después el puente de Piedra acabará siendo peatonal, pero para el transporte público hay que tener una alternativa, como un carril bus por el puente de Santiago y una regulación del tráfico en el centro.


Jerónimo Blasco: Yo estoy convencido de que para la margen izquierda sería hasta mejor.


Rafael Tejedor: Lo entiendo, pero hay que tener en cuenta la situación que tiene el que vive pegado al puente, los derechos adquiridos de llegar de una manera rápida y recta en autobús por el centro, y para eso hay que usar el puente de Piedra y la calle Don Jaime. Si queremos peatonalizar estos dos puntos hay que sentarse, hacer una mesa de la movilidad y plantear alternativas que garanticen la calidad de los servicios del barrio.


Pérez Latorre: Peatonalizar por peatonalizar, sí; pero con medida.


Julio González: Cuando se peatonalizó la calle Alfonso no hubo más que críticas, y ahora a nadie se le ocurriría volver a la situación anterior.


Rafael Tejedor: No, no es lo mismo. Aquí tuvimos cortado el puente dos años en la reforma de 1991, y otros tres años con las obras del balcón de San Lázaro, y la gente nunca se ha llegado a acostumbrar.


Julio González: Sí, es verdad que en la calle Sobrarbe nosotros no cogíamos clientes en esos momentos, creo que la sensación de que das mucha vuelta para pasar es muy fuerte.


Pérez Latorre: Pero en el fondo no es tanto, en realidad está al lado.


Rafael Tejedor: Ya, pero para una persona que entra a trabajar a las cinco o a las seis de la mañana, levantarse diez minutos antes para coger el autobús cuesta.


Jerónimo Blasco: Pero, ¿a cuánta gente afecta? Porque mucha gente del Arrabal vive cerca del puente de Hierro o del de Santiago, y no tendría problema. Además hay que tener en cuenta el tema turístico y comercial: si se peatonaliza junto con Don Jaime y la calle Sobrarbe, se crearía un eje turístico y comercial muy importante en el Casco y en Arrabal. Además, sería una manera de seguir sacando circulación de la ciudad, porque por el centro se sigue circulando mucho. Hasta aquí, en Echegaray, sigue habiendo muchos coches. Yo hubiera quitado un carril más de circulación.


Julio González: A la gente le cuesta acostumbrarse, a veces usas los cinturones con el taxi y la gente piensa que le das vuelta, aunque le estés llevando más rápido.


Jerónimo Blasco: Siempre hay que buscar alternativas, como el uso de la bicicleta... Pero lo fundamental es que una ciudad debe tener respeto por su patrimonio.


Rafael Tejedor: Nosotros no hemos renunciado a la alternativa de pasar el tranvía por el puente de Piedra.


Pérez Latorre: (se echa las manos a la cabeza) Eso sería un follón...


Jerónimo Blasco: Está totalmente descartado, es imposible, además no se aprobaría al ser un Bien de Interés Cultural, de hecho a mí ya me sorprendió que no se prohibiera la circulación de autobuses y taxis...


Un puente fuerte

Pero, ¿le conviene al puente eliminar ese tráfico? El servicio de Patrimonio del Ayuntamiento realizó recientemente un informe recomendando la peatonalización de la infraestructura, mencionando unas grietas presentes en la arcada más cercana al paseo de Echegaray y Caballero. Sin embargo, los daños parece que son antiguos y que no van a más, por lo que no hay peligro.


Pérez Latorre: En la estructura no tiene que haber problemas, esa no es la cuestión fundamental para peatonalizar el puente o no. Aunque está claro que con estas cosas nunca puedes saber.


Jerónimo Blasco: Quitar la circulación le vendría bien al puente de Piedra, pero no es crucial, la estructura está fuerte y bien.


Pérez Latorre: La clave para entenderlo es ver la relación entre la masa del puente y la del autobús, lo aguanta sin problemas. Las vibraciones no pueden afectar a una masa de ese volumen. Mientras no fallen las pilas, los arcos aguantan, y han aguantado siempre el tráfico sin problemas.


Julio González: Yo recuerdo cuando pasaban dos carriles de circulación.


Rafael Tejedor: Claro, es que esto era la N-II.


Una opción de futuro

Pese al debate, la peatonalización, una vez más, tendrá que esperar. Las elecciones están a la vuelta de la esquina, y nadie se atreve a revolver el barrio. Sin embargo, tarde o temprano, el asunto se volverá a poner encima de la mesa. ¿Qué exigen los vecinos? ¿Qué alternativas se pueden ofrecer? ¿Qué supondría para la ciudad un puente de Piedra peatonal?


Jerónimo Blasco: Hay que tener en cuenta que la primera alternativa va a ser el tranvía, que pasará por el puente de Santiago y que dará una solución más rápida y con más frecuencias a los vecinos de esa zona. Además, los autobuses se pueden mantener o reforzar, y su trazado se tendrá que modificar cuando se reestructuren las líneas por el tranvía. Está claro que para algunos será un inconveniente, pero se pueden ofrecer alternativas.


Rafael Tejedor: Hay que tener en cuenta que la vuelta que van a dar algunos será de cinco o diez minutos, dependiendo de las horas del día. Pero, además, los autobuses no llegarían hasta el final de Sobrarbe, por lo que habría vecinos que tendrían que andar 800 metros hasta la parada.


Julio González: Bueno, pero tal vez se podría poner doble dirección en el paseo de la Ribera...


Rafael Tejedor: También se podrían poner minibuses eléctricos para los vecinos por el puente de Piedra... habría opciones. O hacer un puente a la altura de San Vicente de Paúl, coincidiendo con el antiguo de tablas.


Pérez Latorre: Sería más barato poner autobuses... No sé, yo no vivo en la margen izquierda, pero los argumentos no me parecen lo suficientemente potentes para negar la peatonalización, porque con ella se genera ciudad.


Rafael Tejedor: ¿Y para generar ciudad perjudicamos a un barrio?


Pérez Latorre: No perjudicamos, lo beneficiamos, igual se ayuda a dejar de ser una margen derecha y una izquierda, y que sea una unidad.


Jerónimo Blasco: Yo también creo que hay más ventajas que inconvenientes para el barrio, pero eso lo tienen que ver ellos.


Pérez Latorre: Lo tiene que ver la ciudad.


Jerónimo Blasco: Creo que el 90% de la población está de acuerdo, y en Arrabal igual también.


Rafael Tejedor: No lo creo. Se puede hacer una encuesta.


Jerónimo Blasco: La hacemos si quieres, la hacemos. En la ciudad, arrasa, pero igual también gana en tu barrio. Hay mucha gente que cruza andando.


Rafael Tejedor: La mayor movilidad del barrio se hace andando, de hecho hemos pedido quitar las farolas del centro y los pivotes para ganar espacio.


Pérez Latorre: (riendo) ¡Por encima de mi cadáver! Cuando hicimos la reforma, nos la encargaron para un puente que iba a ser peatonal, por lo que todo iba a ser acera, los peatones debían ir por el centro, paseando, parándose... A quince días del estreno se decidió que iban a pasar taxis y autobuses, imagina la cara que se nos quedó.


Jerónimo Blasco: Es que la fortaleza de estos señores (mira a Tejedor) es tremenda.


Julio González: Para mí, como taxista, el puente de Piedra tiene valor como vía de transporte, pero como ciudadano, también lo tiene como patrimonio de la ciudad. Es como si estuviera enfrentado a mí mismo.


Pérez Latorre: Es que cuando no estaba el Pilar, ya estaba el puente. Y cuando no estaba la Seo, ya estaba el puente. La ciudad se organizó a partir de él.


Jerónimo Blasco: Es que es muy querido, para algunos hasta más que el Pilar.


Rafael Tejedor: Para los vecinos del Arrabal es una vía de comunicación, pero también un elemento propio del barrio, lo sentimos como nuestro. Por eso cualquier cambio tiene que ser consensuado y garantizando la movilidad de los vecinos.


Julio González: Eso es crucial, tiene que haber alternativas rápidas, que creo que puede haberlas. Si esta conversación se lee entre líneas, yo no le daría ni cinco años a la peatonalización.