HISTORIA

Uncastilleros judíos y muy golosos

La Fundación Uncastillo organizó ayer la VII jornada sobre la Herencia Judía en el municipio, esta vez centrada en la gastronomía. Las actividades tenían como objetivo dar a conocer la cultura de ese pueblo.

Varios de los participantes del taller de repostería judía en Uncastillo.
Uncastilleros judíos y muy golosos
FUNDACIóN UNCASTILLO

El pasado es, por lo general, un bien preciado sobre el que a menudo no reparamos demasiado. Y menos si se trata de nuestra historia siglos atrás. Por ello, la Fundación Uncastillo, con el objetivo de recuperar la cultura del municipio del que toma su nombre, organizó ayer la VII Jornada sobre la Herencia Judía. Cada edición gira en torno a un tema del pueblo sefardí. Si en 2009 se abordaron la astronomía y la astrología, esta vez tocó el turno a la gastronomía. Un valor añadido para aquellos que querían saber sobre sus orígenes y de paso aprender golosas recetas.


José Francisco García, director de la Fundación, hizo hincapié en la importancia que jugaron los judíos en la localidad de las Cinco Villas. En su día llegaron a ser la tercera parte de la población. Su legado está presente en la judería, los callejones... El responsable de la institución remarcó que no hay que asociar a los judíos con extranjeros, ya que eran uncastilleros. Apuntó que el objetivo de las actividades programadas no era otro que aprender cómo vivían, sus costumbres, enfocadas desde el ámbito culinario. La comida es fundamental, y sigue teniendo un trasfondo religioso.


El plato fuerte, nunca mejor dicho, fue el taller de repostería impartido por la hostelera local Concepción Vicente. Los participantes debían preparar según sus consejos tres recetas: bizcocho de nueces, travados (una especie de mantecados con miel) y la pizza judía. Tres postres o, lo que es lo mismo, un menú delicioso y calórico (han de abstenerse los que se encuentren en plena operación biquini). Sí, aunque parezca lo contrario, la pizza judía es un dulce. Es posible que tuviera otra denominación. En cualquier caso, se trata de una trenza de Almudévar (o, si lo prefieren, de Huesca), si bien cuenta con menos ingredientes que la delicia aragonesa, matizó García. Como curiosidad, el portavoz de la Fundación Uncastillo resaltó que al papa Benedicto XVI le encanta, hasta el punto de que en el Vaticano hay una cocinera judía que se la prepara.


Los dulces fueron llevados al horno de una panadería. Después, los degustaron los asistentes a la conferencia 'Claves de la alimentación judía en el Aragón medieval', impartida por el doctor en Historia Miguel Ángel Motis. En su discurso, el experto subrayó la carga simbólica que da ese pueblo a la comida, vinculada a las festividades religiosas. Basta con mencionar el 'shabat', la Pascua... También habló de los platos y ritos alimenticios de los bautizos, bodas y fallecimientos, los alimentos prohibidos y permitidos, además de las estrictas normas para su preparación.


La jornada, que atrajo a uncastilleros, vecinos de la comarca y a algunos de Zaragoza, culminó con una visita nocturna a la judería del municipio. Estuvo acompañada de música en directo, lectura de poemas y una pequeña representación de dos actrices que encarnaron a unas vecinas del lugar en aquella época. Una ruta teatralizada en la que no faltaron referencias a la alimentación.


García agradeció la colaboración de varios vecinos y del Ayuntamiento en la organización de la cita. En la Fundación Uncastillo están contentos por la respuesta ciudadana a sus actividades. Se alegran de que los vecinos sientan curiosidad sobre su herencia. Sin duda, el mejor postre.