DE VUELTA A CASA

"Llegué a temer por mi vida durante las cuatro primeras horas de secuestro"

Mario Sarsa, el médico zaragozano retenido durante 12 días en el Congo por un grupo de rebeldes, aterrizó en España el pasado jueves.

Mario Sarsa, ayer en Zaragoza
"Llegué a temer por mi vida durante las cuatro primeras horas de secuestro"
PEDRO ETURA / A PHOTO AGENCY

Mario Sarsa, el médico zaragozano de 56 años secuestrado por un grupo de rebeldes en el Congo durante 12 días, ya está en casa. Llegó el pasado jueves y ayer relató su experiencia a los medios de comunicación, en sus primeras declaraciones públicas en España.

Sarsa llegó a las 20.00 al bar en el que había quedado con los periodistas con unos cuantos kilos menos y una experiencia que nunca podrá olvidar. El mediodía del 2 de abril ha quedado grabado a fuego en su memoria. "Era un grupo de rebeldes armados con dos o tres kalashnikov. Los suficientes para obligar al capitán a llevar al barco en el que viajábamos hacia la orilla", comenta.

Las cuatro primeras horas de secuestro fueron las peores para el médico. Sarsa recuerda que le desnudaron, le tiraron al suelo, le mancharon con barro y le golpearon. "Luego me ataron a unos palos y me vendaron los ojos. Estuve así alrededor de una hora. Pensé que me iban a fusilar", recuerda.

Finalmente una autoridad obligó a los rebeldes a que lo soltaran. Entonces, fue trasladado a un poblado donde le recibió Ibrahim, el jefe del grupo. Asegura que a partir de entonces todo fue mucho más tranquilo. Durante los once días restantes de secuestro, Sarsa se relacionó con los habitantes del poblado, se dedicó a leer y atendió médicamente a varias de las personas que vivían allí. "Incluso compartía el plato de comida con Ibrahim", relató.

Lo mejor y lo peor

El zaragozano no duda cuando le preguntan con qué se queda de esta experiencia: "Con el rescate". Y eso que fue un momento de mucha tensión en el que se produjo una gran batalla. "Murieron 16 rebeldes, tres soldados resultaron heridos y yo tuve que huir a la selva". Además, el Ejército saqueó todo el poblado como represalia, e incluso se llevaron las cosas del médico como parte del botín de guerra.

Una experiencia muy intensa que, sin embargo, no ha cambiado su modo de ver la vida ni su fascinación por África. Aunque ayer aseguró que de momento no tiene intenciones de volver al Congo. "La situación en este país está realmente mal", explicó.

De momento Sarsa tiene otros planes. Este primer mes "lo pasaré haciendo cosas que tengo que hacer por aquí", aunque también viajará a Madrid, donde viven sus hijos, y a Vitoria, donde tiene grandes amigos. Después, según anunció ayer, volverá al trabajo. "Ya me han ofrecido reincoporarme al centro de salud de Caspe -donde trabajó hasta hace algunos meses- así que seguramente me volverán a ver por allí dentro de poco".