SANIDAD

Tercera jornada de camas cruzadas en los pasillos del Clínico en apenas nueve días

Para garantizar un poco de intimidad, se colocaron biombos entre las camillas. Algunos enfermos esperaron durante horas para ser trasladados a planta.

Ayer, volvió a haber camas en los pasillos. Al fondo, uno de los biombos utilizados.
Tercera jornada de camas cruzadas en los pasillos del Clínico en apenas nueve días
OLIVER DUCH

Una y media del mediodía. Varios pacientes esperan en los pasillos del servicio de Urgencias del Hospital Clínico de Zaragoza para poder subir a planta. Algunos llevan ya varias horas. Para garantizar un poco de intimidad, se han colocado biombos entre los enfermos y se han facilitado sillas a los familiares. Es una nueva jornada de camas cruzadas en el centro sanitario, la tercera en apenas nueve días.

 

Algunos facultativos del servicio volvieron a denunciar ayer esta situación, que se está convirtiendo en habitual en las últimas jornadas. Según algunos médicos de Urgencias, a primera hora de la mañana llegaron a acumularse hasta 35 camillas distribuidas en las salas de observación y en los pasillos (17 de estos enfermos, pendientes de ingreso y el resto, en observación). "Algunos llevan desde ayer por la noche en esta situación. No se puede tolerar", denunció uno de los facultativos.

 

Según algunas fuentes consultadas por este periódico, el problema no se debe al incremento de la presión asistencial. De hecho, explicaron que el miércoles por la tarde se atendieron un 20% menos de pacientes de lo habitual. "Es decir, el problema no es que haya más carga", concretó otro de los facultativos, que recordó que la media de ingresos en Urgencias es de unos 35-40 pacientes. "Y estamos hablando de que ayer por la mañana había 17 pendientes de cama. Es la mitad", señaló el mismo facultativo consultado.

 

Todos coinciden en que la escasez de camas se debe más a un incremento de la actividad quirúrgica programada para reducir las listas de espera y a la "falta de planificación" por parte de los responsables. Consideran que en este tipo de situaciones se podría abrir al completo la planta octava, cerrada en estos momentos. "No podemos convertir esto en habitual. Ni para los médicos ni para los pacientes", criticó otro médico del servicio.

 

La jornada de 'camas cruzadas' de ayer se suma a las otras dos vividas en muy poco tiempo. El pasado día 9 los sindicatos CGT y CC. OO. denunciaron que llegaron a estar a primera hora de la mañana pendientes de ingreso hasta 21 pacientes. Mientras, dos días después la situación se repitió y una decena de enfermos estuvieron varias horas en la misma situación.

Mayor ritmo quirúrgico

El ritmo de actividad quirúrgica suele ser similar todos los años. Los periodos de vacaciones hay menos operaciones y el comienzo de año suele ser bastante intenso. Por ello, los problemas por la falta de camas también se han sufrido en el Hospital Miguel Servet. Además, prueba del incremento de las intervenciones programadas es el estado de las Unidades de Cuidados Intensivos (ucis). Están a pleno rendimiento.

 

Muchas operaciones necesitan cuidados especiales durante algunas horas. Cuando una uci está llena, los responsables sanitarios estudian la posibilidad de trasladar a planta a algún paciente o enviar al enfermo a otro hospital público aragonés. Si esto no es posible, se tiene en cuenta la disponibilidad que hay en centros privados.

 

Por su parte, fuentes del Gobierno de Aragón explicaron que todos los pacientes habían sido ingresados en planta a primera hora de la tarde. Volvieron a insistir en que la situación se debía a la carga asistencial y, en concreto, a la coincidencia de ingresos en una misma noche. Durante las últimas jornadas en las que se han detectado problemas, los responsables han reforzado el servicio de Urgencias.

 

Respecto a la posibilidad de abrir la planta octava por completo para evitar estos colapsos, el director de coordinación asistencial del Salud, Pascual Moreno, aseguró hace unos días que no está reservada para este tipo de circunstancias, ya que no está dotada de recursos humanos ni materiales para ponerla en funcionamiento. Es una planta que se reservó, por ejemplo, para un exceso de demanda durante la Expo o bien para el plan de la gripe A.