ZARAGOZA

Un chófer de TUZSA que fue apaleado cobrará menos indemnización por mentir

El conductor, que será investigado por falso testimonio, dijo que le atacaron cuando fumaba en la última parada de la línea 45, pero el altercado fue en un bar por defender a la camarera

El titular del Juzgado de lo Penal número 6 de Zaragoza ha condenado a año y medio de prisión a Rafael Moral como autor de las graves lesiones sufridas por un conductor de TUZSA, que estuvo incapacitado durante 80 días. Sin embargo, el magistrado ha decidido recortar considerablemente la indemnización que debía recibir la víctima, a la que también ha pedido que se investigue por un presunto delito de falso testimonio. Y todo ello, porque el juez entiende que el chófer ha mentido de forma reiterada a lo largo del proceso y no ha colaborado debidamente a la hora de esclarecer los hechos.


El conductor siempre ha dicho que la brutal paliza que sufrió, y que le causó una fractura del pómulo, entre otras lesiones, fue gratuita. Según su versión, él estaba al final de la parada de la línea 45 fumándose un cigarro cuando dos individuos que iban discutiendo pasaron a su lado y, sin mediar palabra, uno le atacó y le dio tal suerte de golpes que lo llevaron al hospital durante cinco días.


Sin embargo, el magistrado declara probado que los hechos no ocurrieron en el citado lugar ni de la manera relatada por el empleado de TUZSA. Según la sentencia, la agresión se produjo sobre las 22.30 del 22 de julio de 2007, en un bar de la glorieta de José Ramón Arana, en el barrio de Santa Isabel. El ahora condenado, Rafael Moral, de 44 años, se encontraba allí acompañado de un amigo, y a causa del cambio se desencadenó una discusión con la camarera, una joven de 18 años.


El hombre subió de tono la bronca y adoptó "unas maneras insolentes e intimidatorias frente a la joven", llegando a increparla con frases como "enana de mierda" o "cuando salgas de aquí te mato". La muchacha se puso a llorar y otro cliente, Gregorio C. S. (el conductor), "harto de presenciar ese comportamiento, tomó partido por la camarera y le recriminó para que la dejara en paz". Pero Moral, lejos de tranquilizarse, se excitó aún más y fue a por él.


El conductor salió a la calle diciendo que iba a llamar a la Policía y, según considera probado el juez, desde la puerta le mostró al otro una pequeña navaja con intención de frenarle. Pero Moral salió a la carrera tras él y lo alcanzó en la calle de Inocencio Ruiz, donde el chófer había dejado aparcado el autobús.


Graves lesiones


Primero le dio un fuerte manotazo en el rostro que le tiró al suelo, donde le golpeó "hasta quitarle la navaja cerrada a la que se aferraba", según el fallo. Gregorio C., de 51 años, sufrió un traumatismo facial, con fractura órbito-malar derecha, herida contusa en un pabellón auricular y contusiones en el tórax y extremidades, las cuales le han dejado secuelas.


Después de la agresión, Rafael Moral llamó a la Policía y se presentó como afectado. Sin embargo, tras unas pesquisas, los agentes volvieron a buscarlo y lo encontraron en otro bar. Al pedirle que les acompañara para ser detenido, la emprendió con ellos. Jaleado por familiares y vecinos, reaccionó de forma agresiva, y la Policía tuvo que pedir refuerzos. Al final, causó lesiones a dos agentes, uno de los cuales tardó 44 días en curar.


El juez recoge en la sentencia que ha llegado a la convicción de que los hechos fueron así por varios motivos. Entre ellos, la declaración de la camarera, que contó que fue ofendida por el acusado y defendida por Gregorio C. S.; el testimonio del amigo que acompañaba al agresor y el de dos transeúntes, los cuales no conocían de nada a los protagonistas del suceso. También refleja en su sentencia que Rafael Moral, en una manifestación "libre y sincera", siempre ha reconocido el altercado con la camarera, que golpeó al conductor "para quitarle la navaja con la que le amenazó" y que se enfrentó a la Policía porque consideró su actuación "abusiva".


Sin embargo, resalta que la versión de Gregorio C. coincide con la de su agresor en la forma en que fue golpeado, pero no en los prolegómenos, en los que "clara e inexplicablemente falta a la verdad" desde el primer momento, tanto ante la Policía, como en la fase sumarial y en el juicio. Por ese motivo, y a pesar de que le advirtió en la vista oral, pide que se deduzca testimonio y que se le investigue por si ha podido cometer falso testimonio. Por esa misma razón, le reduce la indemnización de 111.053 euros que pedía la acusación particular a 64.620.


Mientras, al agresor, defendido por Javier Notivoli, le impone 18 meses de prisión por dos delitos de lesiones, uno de resistencia grave, una falta de amenazas y otra de lesiones, pena muy alejada de los cuatro años que pedía el fiscal. El propio Moral dijo que no piensa recurrir la sentencia.