ANIVERSARIO

Hace 50 años, la Expo fue en Bruselas

Era la guerra fría y supuso el primer encuentro entre países tras la II Guerra Mundial. La Exposición Universal de Bruselas reunió a más de 50 millones de personas de todo el mundo que pudieron admirar los avances científicos del bloque soviético y occidental.

En la Expo de Zaragoza el agua, medio ambiente y cambio climático centran las conferencias y temática de los países, un reflejo de la preocupación actual por el medio ambiente y la necesidad de ahorrar recursos hídricos. Hace 50 años, el mundo era diferente y las preocupaciones de los ciudadanos pasaban por la creciente tensión entre los bloques occidental y soviético y la proliferación de centrales nucleares. La Exposición Universal de Bruselas de 1958 fue un reflejo de la Guerra Fría y del inicio de la carrera espacial.


Durante tres años, la capital belga se preparó para el que sería el evento más importante de la década, una Muestra que reuniría a países amigos y enemigos, que volverían a encontrarse tras la II Guerra Mundial. Su concepción fue muy diferente a la de la Expo de Zaragoza. Si la muestra aragonesa es Internacional y tiene un recinto limitado, una duración de tres meses y un tema específico, la belga fue Universal, se extendió durante seis meses y ocupó un espacio de dos millones de hectáreas. La situación geográfica del país, en el centro de Europa Occidental, fue clave para conseguir un récord absoluto de visitas, más de 50 millones de ciudadanos que llegaron de todo el mundo para admirar los últimos avances científicos y conocer las atracciones turísticas de los países.


Las cifras marean: 40 millones de personas contemplaron el pabellón de Estados Unidos, más de 30 el de la Unión Soviética, que incluía una estatua gigante de Lenin y todo tipo de propaganda comunista. De hecho, la tensión entre EEUU y la URSS fue patente durante toda la muestra y la situación de los pabellones, enfrentados uno a otro, resultó simbólica. Si Estados Unidos se centró en el ambiguo lema "Asuntos pendientes", la URSS presumió de carrera espacial y presentó el satélite Sputnik y los últimos avances científicos.


La Expo de Bruselas también vivió su momento de polémica, por las acusaciones de racismo que recibió el país anfitrión. En 1958, el Congo era todavía una colonia belga y los organizadores de la Muestra dedicaron un enorme parque a mostrar el modo de vida del país africano. Cercado con vallas y ocupado por congoleses en taparrabos, el escándalo fue mayúsculo cuando la prensa descubrió que los visitantes arrojaban plátanos y se reían al verlos comer. El recinto del Congo fue cerrado sus habitantes devueltos al país.