ZARAGOZA

Una nave industrial abandonada en La Jota se derrumba

Una nave abandonada y aparentemente deshabitada en el último tramo de la avenida de Cataluña se vino ayer abajo y volvió a destapar la mala situación en la que se encuentra la zona, situada en el barrio de La Jota y que ha sufrido con anterioridad problemas con "okupas". El derrumbe no causó daños personales, pero sí sirvió para que los vecinos volvieran a reclamar medidas de apoyo. Aun así, en la parte superior de la construcción se podían apreciar efectos personales, por lo que no se descarta que una o varias personas pasaran habitualmente la noche en el lugar.


En concreto, el local afectado había sido ocupado hasta hace unos meses por un concesionario de vehículos de la marca Kia, pero en estos momentos se encontraba abandonado. Sobre las 16.00 se produjo un primer derrumbe, que provocó una gran nube de humo que llegó a dejar sin visibilidad a los vehículos que circulaban en ese momento por la avenida de Cataluña. Posteriormente, una hora más tarde, una pared en el interior de la nave se vino abajo.


Para entonces ya se habían desplazado al lugar miembros del Cuerpo de Bomberos y agentes de la Policía Local y la Policía Nacional. El recinto, situado frente al cruce de esta avenida con la calle del Río Ara, fue acordonado y posteriormente vallado.


La presidenta de la Asociación de Vecinos Ríos de Aragón, Carmen Escanero, aseguró que, después de que la nave fuera abandonada meses atrás, había avisado a la Policía Local al observar "luces por la noche", pero que los agentes intentaron localizar a alguien en el interior y no encontraron a nadie, según le informaron.


La crisis inmobiliaria ha afectado directamente a esta zona situada en las lindes del barrio de La Jota, en la que se iban a construir miles de viviendas. El desarrollo residencial está ahora bloqueado por la situación en que se encuentra el mercado. "En 2009 nos iban a construir un centro de salud, pero ahora está paralizado", reconoció Escanero. "No nos hace caso nadie", lamentó esta representante vecinal.


Hace cuatro años, a medio kilómetro del lugar surgieron muchos problemas cuando el Ayuntamiento derribó una barriada okupa junto a las calles de Menorca y Santa Fe, que ocupaban una veintena de familias gitanas. Posteriormente, el conflicto se reprodujo en una nave del polígono de Cogullada, adonde se mudaron estas mismas personas.


Junto al lugar apenas hay viviendas habitadas, más allá de un gran bloque de pisos situado en el número 253 de la avenida de Cataluña. Pedro, un vecino que caminaba junto a la nave destruida, negó que hubiera "problemas de convivencia" en la zona. "Aquí (por el local siniestrado), la gente se mete, pero no sé ni por dónde entra ni cómo", aseguró este residente, para quien el edificio se debería haber derruido con anterioridad.