Tras la decepcionante corrida concurso de ganaderías de ayer, el miniciclo de San Jorge se cierra este domingo (18.00) con un cartel atractivo y variado. La madurez artística de Curro Díaz, la pureza de Paco Ureña y la juventud arrolladora de Ginés Marín han generado gran interés entre los aficionados. Sobre todo entre aquellos que siguen de cerca la fiesta.

Curro Díaz, asentado en el regusto y la profundidad, ha alcanzado el reconocimiento generalizado en el tramo final de su carrera. La pasada temporada ya triunfó en el grueso de las grandes ferias y en 2017, a pesar de su inexplicable ausencia en Sevilla, prosigue por idéntico camino. El Domingo de Resurreción, su mal uso de los aceros le privó de tocar pelo en las Ventas de Madrid.

«La espada cayó baja y perdí la opción de cortar oreja, pero no estoy decepcionado. Zaragoza me da la oportunidad de optar al éxito en una plaza de primera», explica el de Linares, que no comparece en la capital aragonesa desde 2012.

«La última vez toreé una Goyesca. La gente sabe paladear las faenas importantes y estoy convencido de poder estar a la altura», adelanta, antes de ensalzar el «fantástico momento» que atraviesan sus compañeros de terna.

Ureña viene de rozar la puerta grande en las Fallas de Valencia; Marín fue un pasó más allá y salió a hombros del coso de la calle Xátiva, recinto en el que, precisamente, corrió Fusilero, uno de los mejores toros presentados recientemente (julio de 2016) por Luis Algarra.

A la Misericordia, el ganadero sevillano trae una corrida seria y bien presentada. Acorde a la categoría de la cita.