“Hace falta un centro de salud en el barrio Jesús”

Los vecinos piden mejoras para un barrio que ha experimentado un gran crecimiento demográfico en la última década.

 
 
El barrio Jesús, es uno de los más antiguos de la ciudad de Zaragoza, pero también uno de los que más ha crecido en la última década. El distrito de El Rabal, al que pertenece este núcleo urbano, junto con La Jota y Arrabal, cuenta actualmente con casi 80.000 habitantes frente a los 68.807 registrados en 2004. “Sobre todo, estamos muchas parejas jóvenes con niños pequeños y, entre otras cosas, necesitamos una guardería pública”, reclama un ciudadano que vive en la calle de Bielsa.

Pero este barrio, situado en la margen izquierda del Ebro, tiene una reivindicación histórica que según Raúl Gascón, presidente de la Asociación de Vecinos del Barrio Jesús, es la más “urgente”: la construcción de un centro de salud.

“Ahora los vecinos estamos repartidos entre el de La Jota y de Arrabal. Y, además de que estos se encuentran saturados, están situados a varios kilómetros y es difícil para que la gente mayor se desplace”, afirma Gascón.

“Estamos pidiéndolo desde hace más de 10 años. en 2008 parecía que el Gobierno de Aragón empezaba a planteárselo, pero no ha sido así y seguimos en la misma situación”, explica el presidente.

“Me gusta el barrio, estoy encantada de vivir aquí, pero es cierto que hace falta un centro de salud y alguna zona deportiva. Aquí no tenemos ninguna y creo que podría hacerse algo parecido a lo que hay en La Jota”, opina una vecina que resida en la calle de Longares.

Otra de las preocupaciones vecinales es el estado de los solares, abandonados y con suciedad. “Están muy dejados, hay mucha suciedad. Los podrían limpiar y adecuar un poco”, comenta una joven, mientras pasea por la calle de Asín. “Además, cada uno aparca los coches como quiere. El Ayuntamiento podría hacer un aparcamiento gratis porque por esta zona es difícil encontrar un hueco libre”, sugiere Marisa Oria, vecina de la calle de José Oto.

Dotar de usos ciudadano a la Casa Solans, que permanece cerrada, es otro de los caballos de batalla de los vecinos del barrio Jesús. Este edificio que se rehabilitó en 2006 y se utilizó hasta hace dos años como sede del Secretariado de Naciones Unidas para la Década del Agua, “no tiene ningún uso y es una vergüenza que haya un edificio así cerrado. Pueden poner un consultorio, un centro cívico o algo para que la gente lo disfrute porque nos ha costado mucho dinero”, comenta airoso un vecino que vive próximo a la Casa Solans.

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