Baile con las vaquillas en los encierros de Utebo

El Barbo Tragachicos debuta en las fiestas mostrando su voracidad a los más pequeños

Un joven hace un recorte a una de las vacas que ayer encorrieron a los uteberos por la avenida de Zaragoza.
Un joven hace un recorte a una de las vacas que ayer encorrieron a los uteberos por la avenida de Zaragoza.
Toni Galán

La tradición y la novedad se dieron cita este jueves, junto a mayores y niños, en las fiestas de Utebo. El novedoso Barbo Tragachicos y las tradicionales vaquillas fueron algunos de los atractivos que la localidad zaragozana preparó para sus vecinos.

Con la avenida de Zaragoza como escenario y un sol de justicia como protagonista, se inauguraron los encierros de estas fiestas en honor de Santa Ana. Por el ruedo desfilaron muchos uteberos antes de empezar, aunque algunos de ellos tan solo buscaban un sitio a la sombra en el que refugiarse. Muchos no se atrevieron a saltar –acaso por órdenes de alguna madre precavida– y prefirieron ver a la vaca pasar desde la barrera.

Al inicio del encierro la avenida se empezó a llenar, aunque algunos cautelosos ya había cogido sitio previamente antes del comienzo. Pablo Floría esperaba ansioso en la primera fila, lo más cerca que iba a estar este jueves de la carrera, debido a un accidente que vivió en Cuarte cuando le "pilló la vaca" y le fastidió la espalda. Este apasionado de los encierros, no obstante, se arrimaba a las barreras por si en un momento dado le daba por saltar.

Esta pasión parece heredada también por la siguiente generación como ejemplifica Pablo Centurión, quien con tan solo diez años acude a todos los encierros desde hace cinco y, a pesar de que su madre no le deja saltar al ruedo por ser "tan pequeño", se muestra convencido de que de mayor participará en el encierro.

Por su parte, el joven Izan Molinos, acompañado de un amigo, iba a correr por primera vez delante de las vacas. Sin miedo en el cuerpo, tras haber participado otros años en el ‘chiquiencierro’ (en el que, como podrá verse hoy a las 20.15 salen animales de cartón), Izan se ponía un reto para los próximos seis festejos: "Saltaré a la vaca".

Un novedoso reclamo

Mientras los mayores sorteaban los cuernos de las vaquillas como podían, los pequeños preferían echar unas carreras para acudir a su cita con el Tragachicos, que se instaló en la plaza del Ayuntamiento. Esta atracción es ya más que conocida por la chiquillería, porque en las pasadas fiestas de San Lamberto también se dejaron digerir por este enorme pez azulado. Esta ‘fiera’ de cartón piedra está asociada con la imagen de Utebo y "a los niños les encanta", como aseguraron Ángel Bueno y Angelines Iguacel, mientras esperaban ver bajar a sus nietos. Aunque el pequeño Daniel tiene otras preferencias: "Las atracciones que tienen balón le vuelven loco", comenta su abuelo.

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