Mueren al menos 17 corzos en los canales de Alcañiz en las dos últimas semanas

El Ayuntamiento exigirá a la CHE medidas eficaces ante una década de ahogamientos

Corzos muertos en la zona de Alcañiz
Corzos muertos en la zona de Alcañiz
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Al menos 17 corzos se han ahogado en los dos principales canales de riego de Alcañiz en las últimas dos semanas. Once han muerto en el canal Calanda-Alcañiz, los tres últimos este mismo jueves, y otros seis en el canal de la Estanca, según ha podido contabilizar La Comarca a través de varias fuentes. El número, sin embargo, podría ser mayor ya que no hay un recuento oficial. Regantes, cazadores y Agentes de Protección para la Naturaleza (APN) hacen sus propios números cada vez que recuperan un cadáver y lo depositan en uno de los contenedores que vacía Sarga. Esta vigilancia constante ha permitido salvar, no obstante, a una decena de animales que han sido arrastrados por la corriente en el mismo periodo.

La primavera ha traído un año más -y ya va una década- la mortandad a los canales. Son los primeros corzos fallecidos este 2024, una cifra todavía "pequeña" que se incrementará con seguridad durante el mes de mayo, según fuentes del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Los cuerpos extraídos pertenecen a ejemplares de apenas un año de vida que acaban de independizarse de sus madres, ya que abril y mayo es época de parición para las hembras. La media anual de animales muertos ronda los 70 e incluye, además de corzos, tejones, ovejas y cabras, entre otras especies.

La única buena nueva es que el número de corzos ahogados por el momento es menor que en años anteriores por estas mismas fechas. Sin embargo, no lo es gracias a las medidas implementadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en los últimos cinco años -que se han demostrado "ineficaces"-, sino por un factor fortuito: la sequía que asola la cuenca del río Guadalope. Los regantes llevan desde principios de abril dilatando los días entre riegos con el objetivo de economizar el agua.

De hecho, la Sociedad de Cazadores de Calanda ha comprobado cómo las muertes en el canal Calanda-Alcañiz coinciden con los días en los que se suelta el agua, ya que la corriente "sorprende a los corzos que han bajado a beber". "Hemos solicitado a los regantes que nos avisen para poder extremar la vigilancia", señala Andrés Albacar, vocal de la junta.

Reunión con el Ayuntamiento de Alcañiz

El Ayuntamiento de Alcañiz envió hace un mes y medio una carta de bienvenida al nuevo presidente de la CHE, Carlos Arrazola, de la que no ha obtenido respuesta. Sí que ha recibido contestación de un contacto posterior en el que se solicitó una reunión para tratar varios temas, entre ellos, el ahogamiento de los corzos en los canales. "Estamos disgustados porque queríamos vernos con el presidente y nos han remitido con un técnico, con el que nos encontraremos en unos veinte días", explica Ramiro Domínguez, concejal de Medio Ambiente y Medio Rural.

Domínguez llegó a solicitar hasta en tres ocasiones a la Confederación que actuara cuando era diputado de las Cortes de Aragón (2015-2023) y, en consecuencia, se construyeron salidas. "Es insuficiente y tenemos que seguir insistiendo. Aunque si tenemos que esperar a que la CHE haga algo, lo llevamos claro… La anterior presidenta (Dolores Pascual) demostró que le daba igual", asegura.

En el canal de Calanda-Alcañiz, que mide 18 kilómetros, la CHE construyó entre el 2020 y el 2021 una rampa en hormigón y dos escalones de escape, y colocó una rampa de escape portátil de madera. Los regantes, por su parte, levantaron otra rampa en hormigón. La última actuación que realizó la Confederación fue a finales del 2021 en el canal de la Estanca, de 21,38 km. Ancló cuatro lonas de un lado al otro del canal junto a sendos abrevaderos, para que el animal se asustará y saliera. Sin embargo, los cazadores denuncian que estas "sábanas" no han servido de nada. También valló un paso para el cruce de animales a la altura de Castelserás y limpió de maleza cuatro de las siete salidas existentes.

Collares GPS

Frente a la "inacción" de la CHE, la Fundación Artemisan y la Asociación del Corzo Español están buscando soluciones al constante goteo de muertes. Este año, con la ayuda de las sociedades de cazadores de Alcañiz, Calanda y Castelserás, colocarán collares GPS a los corzos rescatados para monitorizar su actividad e investigar por qué caen a los canales. Parten de varias hipótesis como la dispersión juvenil, la expansión de la especie o la necesidad de agua.

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