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El Corte Inglés cierra su 'outlet' y pone punto final a medio siglo de presencia industrial en Teruel
El comercio cuenta con nueve empleados, pero es heredero de la fábrica textil que llegó a tener 700 empleos, la mayor plantilla de la ciudad.
El 'outlet' de El Corte Inglés en Teruel cerrará sus puertas en la segunda quincena del próximo mes de febrero, lo que da carpetazo a medio siglo de presencia empresarial en la ciudad. El actual establecimiento comercial, que ocupa parte de las antiguas instalaciones de la textil Confecciones Teruel, tiene nueve trabajadores a los que la compañía ofrece la posibilidad de recolocación en centros de trabajo de otras ciudades.
El 'outlet' de El Corte Inglés supuso la continuidad de Confecciones Teruel, abierta en 1975 y que con sus 700 trabajadores de plantilla máxima fue la empresa con más empleados de la ciudad, además de su buque insignia industrial. La fábrica cerró sus puertas en 2016 y, parte de sus dependencias, fueron acondicionadas como tienda de oportunidades en 2006 para seguir operativas hasta hoy.
Una portavoz de la empresa justificó ayer el cerrojazo por la "política corporativa de 'outlets' de la empresa". El grupo empresarial se encuentra inmerso en un proceso de reorganización que ha comportado otros cierres comerciales.
La alcaldesa de Teruel, Emma Buj, ha reconocido que el cierre de la empresa es una mala noticia para la ciudad, aunque ha matizado que "hoy El Corte Inglés no era, a nivel de trabajo generado, lo que fue en su momento con la fábrica". Ha agregado que la compañía textil ha sido "emblemática" para la capital turolense, aunque actualmente se había reducido a "una tienda comercial".
Ha agregado que la desaparición de la actividad industrial en la superficie que en su día ocupó Confecciones Teruel, contigua al río Turia, "abre la oportunidad" de reordenar los usos en el entorno del curso fluvial y de abrirlo al uso ciudadano. Buj ha anunciado que tiene pendiente una reunión con la empresa para analizar cómo se puede intervenir en el antiguo espacio fabril para "incorporarlo a la ciudad" como área de esparcimiento.
La pérdida de competitividad respecto a las plantas radicadas en países de costes laborales inferiores, como Marruecos o China, motivó el cierre de Confecciones Teruel en 2016, aunque, laboralmente, solo era ya una sombra de lo que fue en sus momentos de más actividad.
La factoría, situada a la afueras de Teruel, abrió sus puertas 1975 y la mayoría de sus empleados eran mujeres. El punto álgido de personal, un récord histórico en la ciudad que sigue vigente, se alcanzó entre finales de los años setenta y principios de los ochenta.
