El Juzgado de lo Penal de Teruel ha condenado a seis meses de prisión a un vecino de la localidad de Celadas, Miguel Ángel P. F., al considerar que fue él quien arrojó a un contenedor de basura a cuatro cachorros de perro de entre 3 y 10 días de vida, dos de los cuales murieron, que fueron hallados a finales de octubre de 2020 por unos niños de la localidad. 

La sentencia considera probado que sobre el 25 ó 26 de octubre de 2020 la perra de raza podenco canario llamada 'Luna' y propiedad del acusado, parió seis cachorros en el almacén agrícola o corral de este. 

El documento judicial relata que, pocos días después, el 29 de octubre, sobre las 21.00, fueron encontrados en un contenedor de basura instalado en la Plaza de la Constitución de Celadas cuatro crías de la misma raza, hijos de Luna, que el procesado, "con la intención de desprenderse de ellos y causarles la muerte, había arrojado momentos antes a ese contenedor de residuos orgánicos, metidos los cachorros en una bolsa de basura de plástico junto a los restos de una cabeza de liebre".

El fallo señala que se realizaron pruebas genéticas que revelaron la relación materno-filial entre la madre y los cachorros y que estos no padecían desnutrición cuando fueron hallados en el contenedor, es decir, habían sido alimentados. 

Estima, además, que el argumento empleado por el acusado en su defensa, al decir que alguien pudo entrar en el almacén -que está cercado- el día en que su perra ‘Luna’ había parido seis crías y llevarse 4 de ellas para tirarlas a la basura tras haberlas alimentado unos días, "resulta inverosímil".

El acusado, que ha sido condenado por un delito de maltrato animal, tendrá que pagar, además, 1.000 euros a la asociación protectora 'Amigo Mío', que cuidó y dio en adopción a los dos cachorros que sobrevivieron tras ser rescatados por unos niños de la localidad. La sentencia puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Teruel en el plazo de 10 días.