Teruel

Alarma por los lodos y la caída de árboles derivados de las obras del embalse de Santolea

Los Ayuntamientos de Aguaviva, Mas de las Matas y La Ginebrosa trasladan su preocupación a la Confederación Hidrográfica del Ebro

Teruel
Los acaldes de Aguaviva y Mas de las Matas muestran la turbidez de las aguas del Guadalope.
L. C.

Las obras de ampliación del embalse de Santolea, cuyo desembalsado comenzó en 2018, están causando más afecciones de las previstas en la flora y fauna de los pueblos de la ribera del Guadalope, sobre todo en Mas de las Matas, Aguaviva y La Ginebrosa, cuyos ayuntamientos han trasladado su preocupación a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Árboles y arbustos en el suelo y acumulaciones de hasta un metro de lodo son los efectos más visibles de unos trabajos que en febrero ya alcanzaron el 90% de la ejecución y cuya finalización está prevista este verano.

Los alcaldes de Aguaviva y Mas de las Matas, Aitor Clemente y María Ariño, denuncian que el exceso de fango ha provocado gastos extraordinarios a los regantes. Ambos se reunieron la semana pasada con la Comisaría de Aguas de la CHE en Zaragoza, en un encuentro al que también acudió el Subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro.

La CHE explicó a los alcaldes que los muestreos realizados “indican que la situación biológica del Guadalope es reversible a su estado anterior dado que no se produjo una contaminación química”, añadiendo que “se mantienen los compromisos adquiridos para la limpieza de los sedimentos de la forma más natural posible”. Así lo ha indicado a través de un comunicado el Ayuntamiento de Mas de las Matas. Además, el organismo de cuenca estudia cómo llevar a cabo las riadas forzadas necesarias para la puesta en marcha de la nueva presa.

La CHE se comprometió también a retirar los árboles caídos en los diversos tramos del río, priorizando las actuaciones que mejoren la capacidad de desagüe o eviten taponamientos.

En la reunión se abordó la situación del azud de Abenfigo, colmatado por los lodos del desembalse y con problemas de acceso para las comunidades de regantes. En este punto, la CHE mantiene su compromiso de buscar soluciones y adecuar una escala de peces en el propio azud. Clemente y Ariño incidieron en la necesidad de dar respuesta al resto de afecciones de las obras, especialmente las indemnizaciones a los agricultores afectados por las averías en sus sistemas de riego, y a las comunidades de regantes por la limpieza extraordinaria que debieron realizar en las acequias, colapsadas también por los sedimentos.

Los Fontanales de La Ginebrosa, un barrizal

Las riberas del Guadalope a su paso por Aguaviva y Mas de las Matas no son las únicas afectadas por los lodos y sedimentos que ha provocado el desembalsado de Santolea para llevar a cabo su recrecimiento. Aguas abajo, en el término municipal de La Ginebrosa, también existe inquietud por el aspecto actual de uno de los parajes más bellos del municipio: Los Fontanales.

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Así se encontraban esta primavera los Fontanales de La Ginebrosa.
L. C.

“Hay un metro de lodo que ahora es mucho más visible porque hay menos caudal. Aunque ya está creciendo vegetación, es una pena ver cómo ha quedado este paraje, uno de los más bonitos que tenemos en el pueblo”, denuncia el alcalde de La Ginebrosa, Miguel Ángel Balaguer.

En el momento en que comenzó el desembalsado de Santolea, se empezaron a sufrir estas afecciones en el paisaje y el alcalde se puso en contacto con la Confederación Hidrográfica del Ebro. “Nos mantienen informados constantemente y ellos lo que nos dicen es que este problema se corregirá de forma natural”, informa Balaguer. Aunque el alcalde confía en ello, no oculta su tristeza “al ver el estado en que se encuentra este paraje”.

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