Teruel

El canal de la Estanca de Alcañiz, una trampa mortal para los corzos en primavera

Cerca de 40 cérvidos se han ahogado en los últimos meses. Los vecinos piden a la CHE que busque una solución

Teruel
Varios corzos muertos, tras haber quedado atrapados en el canal de la Estanca de Alcañiz.
Heraldo

El número de corzos que mueren ahogados en el canal de la Estanca de Alcañiz no deja de crecer. Solo el pasado fin de semana fueron hallados seis ejemplares entre los restos vegetales expulsados por el rastrillo que separa el canal del embalse. Un total de 32 corzos han quedado atrapados en los últimos 6 meses, según datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Aunque los cérvidos son los más perjudicados, también han fallecido cinco tejones, una oveja, una cabra y un perro galgo.

Desde la Sociedad de Cazadores de Alcañiz piden a la CHE una solución para evitar la muerte agónica y con gran estrés de los corcinos, que se produce sobre todo en primavera, cuando los ejemplares nacidos el año anterior se independizan de sus madres. Recuerdan que ya el año pasado se reunieron con el ingeniero jefe de la explotación y con responsables de la DGA para plantear alternativas que han estado estudiando con vecinos implicados en la causa. Consideran que son medidas "de bajo coste" y que deben realizarse de manera urgente, ante el crecimiento masivo de la población de corzos en la zona.

"Es una pena que mueran así estos animales. El fin de semana de San Jorge sacamos del agua 9 corzos", explica Antonio Alejos, presidente de la sociedad de cazadores, quien denuncia que los corzos que caen al canal no tienen ni una vía de escape. Al ser de hormigón las paredes, los ungulados resbalan y, exhaustos, mueren. Un vecino, Jesús Perdiguer, destaca que en Tarragona y la zona del Duero han evitado la mortandad de animales en sus canales y propone colocar pasarelas perpendiculares cubiertas con tierra que imiten las zonas de paso naturales de los cérvidos. Plantea también instalar barras horizontales que ayuden a los animales a subir a las pasarelas y rampas laterales. "Se requiere la colaboración de todos los implicados para resolver la situación, pero muchas personas estamos dispuestas a ello", añade.

A lo largo de los 21 kilómetros que mide el canal hay siete salidas –entre rampas y abrevaderos–, todas construidas en hormigón. Cinco están en contra de la corriente, lo que dificulta la salida de los animales. Un vecino de Alcañiz, Adrián Milián, compartió fotografías y vídeos en sus redes sociales denunciando el constante ahogamiento de los corzos al que año tras año sigue sin darse ninguna solución. Él mismo rescató hace tres semanas un corzo caído al agua y tan solo unos días antes un compañero suyo de caza encontró varios animales muertos.

Las rampas se construyeron cuando se creó el canal de la Estanca para permitir la entrada y salida de maquinaria y no se pensó en los corzos, prácticamente inexistentes en la zona. Ha sido durante la última década cuando la población ha aumentado, mientras que las infraestructuras responden a necesidades del pasado.

Respecto a los abrevaderos, denuncian que se hicieron con una valla para que “el ganado que bebiera del canal no fuera arrastrado por la corriente y muriera” y es, precisamente, esta valla la que impide que los animales que caen puedan salir, ya que “es imposible que la salten”.

Otra de las quejas vecinales se refiere al material con el que están construidas estas salidas. “No ayuda que sean de hormigón, porque después de estar tantas horas en el agua las pezuñas de los corzos se ablandan y se resbalan al salir. Sería partidario de poner peldaños de madera, de rayar un poco el hormigón o de poner una capa de goma en la misma rampa para que pudieran agarrarse mejor”, enumera Milián como posibles soluciones.

Entre abril y mayo, es época de parición para las hembras y los corzos jóvenes -nacidos el año anterior- se independizan de sus madres. Se produce entonces una dispersión de estos corzos jóvenes todavía vulnerables, que coincide con los meses en que más ahogamientos en canales se producen, tanto en Alcañiz como en el resto de España. En esa separación del círculo del año anterior, los corcinos huyen, creen que pueden saltar el canal y no lo logran. "Solo caen corzos jóvenes. Alguna vez una corza también, y todos sus hijos, que siempre van detrás. Eso sucedió el otro día con una familia entera. El resto del año no hay ahogamientos apenas", recuerda Antonio Alejos, presidente de la Sociedad de Cazadores de Alcañiz.

Los vecinos de la capital bajoaragonesa tienen miedo de que el canal de la Estanca pueda ser una trampa mortal no solo para los animales. A través de las redes sociales lamentan que solo “el día que ocurra una desgracia mayor” se actuará y piden que el canal se adapte ya.

Esta polémica ya se produjo en el canal Calanda-Alcañiz, donde la CHE construyó tres rampas para que los animales pudiesen salir y se han reducido los ahogamientos.

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