Rafael A. C., de 74 años y residente en una localidad de la provincia de Teruel situada a pocos kilómetros de la capital, ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Teruel a dos años de prisión como autor de un delito de abuso sexual a una menor de 16 años. 

Los hechos se remontan a octubre de 2019. La Audiencia considera probado que el procesado se encontró en la calle con una adolescente vecina suya que entonces contaba 15 años de edad y le dijo que le acompañara a su casa porque quería regalarle un helado, a lo que ella accedió. Cuando se encontraban en el pasillo que da acceso a la vivienda, el hombre le dio a la menor un billete de 20 euros para que se pudiera comprar algo en la feria que ese día se celebraba en la localidad. En el momento en que la chica le dio las gracias, el acusado le pidió que le diese un beso y cuando la adolescente iba a dárselo en la mejilla, el hombre volvió la cara para tratar de darle un beso en la boca, "algo que consiguió parcialmente, poniendo al menos sus labios sobre la boca de aquella", relata la sentencia.

El documento continúa explicando que, al tratar de apartarse, el acusado agarró a la menor por los antebrazos para acercar su cuerpo y, con ánimo libidinoso, tomó su mano para posarla sobre su miembro viril, por encima de la ropa, para después tocarle el pecho e insinuarle que volviera a su casa por la tarde para mantener relaciones sexuales.

Una vez que la menor pudo abandonar el domicilio del acusado, llamó a una amiga para contarle lo sucedido y luego volvió a relatarlo a sus padres, que pusieron denuncia en el cuartel de la Guardia Civil.

La única prueba en el proceso ha sido la declaración de la víctima, pero según señala la Audiencia de Teruel, esta reúne todos los requisitos para dotarla de credibilidad. El Tribunal ha valorado que acusado y víctima mantenían unas cordiales relaciones antes de los hechos, por lo que no se aprecia ningún móvil que pudiera enturbiar la sinceridad del testimonio de la joven. Las declaraciones del procesado y de la víctima coinciden en la secuencia del suceso y el informe psicológico consideró probablemente creíbles las palabras de la víctima, detectando en ella estrés postraumático. La Sala habla de una narración "coherente y detallada" que persiste en la incriminación y destaca que la menor puso la denuncia inmediatamente.

El acusado deberá indemnizar a la víctima con 2.000 euros y, además, tendrá prohibido acercarse a la menor a menos de 250 metros durante cuatro años. La pena de prisión prevista para el delito por el que ha sido condenado fija una horquilla de entre 2 y 6 años de prisión, pero el Tribunal impone su límite inferior en atención a la edad del acusado y a su delicado estado de salud, pues tiene problemas de movilidad y equilibrio y dificultad para comer a consecuencia de un cáncer de lengua del que se encuentra recuperado.