juicio por el triple crimen de andorra

Los Iranzo dan la cara en nombre de tres familias y una comarca abatidas

El padre y la viuda del ganadero tiroteado mortalmente fueron la imagen del dolor que dejó Feher a su paso por Teruel

Teruel
El padre del ganadero fallecido, José Luis Iranzo Balaguer, y su hija, poco antes de declarar en la Audiencia de Teruel este martes.
Javier Escriche

Más allá de los tecnicismos para describir con detalle cómo Igor el Ruso segó la vida a sus tres víctimas, en la sala de la Audiencia Provincial de Teruel resonaron esta semana, cálidas, humanas y desgarradoras, las palabras de José Luis Iranzo Balaguer y de Eva Febrero Francés, el padre y la viuda del ganadero andorrano tiroteado mortalmente por Feher. El hombre no quiso ver el rostro al verdugo de su hijo, pero su nuera decidió plantarle cara frente a la cabina de cristal. Sus ojos chocaron con el blindaje con el que se protege el psicópata, que presume de fortaleza pero apenas le aguantó un instante la mirada.

El dolor de José Luis Iranzo Balaguer y de Eva Febrero es idéntico al de los allegados de los otros dos fallecidos, los agentes de la Guardia Civil Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero, si bien ninguno ha sido citado a declarar en el juicio. En su sangriento paso por Teruel, Feher dejó destrozadas para siempre a estas tres familias. Hay tres viudas, dos niños de corta edad cuando quedaron huérfanos –Aitor, de 4 años, hijo de Iranzo, y Vega, de 9 meses, hija de Romero–, así como padres y hermanos de las víctimas.

Emocionó el testimonio de Iranzo, que a sus 77 años no ocultó su desolación por la muerte de su hijo, de 40. El hombre transmitió el pánico y la amargura de aquella tarde fría y negra del 14 de diciembre de 2017, al sospechar certeramente que el cuerpo que yacía a las puertas de su masico, y del que ninguno de los guardias que le empujaban para subir al coche y salir de allí se atrevían a darle razón, podría ser el de su hijo, que acudió a la explotación ganadera para recogerlo en su coche, topándose con Feher. Su entereza al revivir los hechos recordó a la de su madre, Pascuala Balaguer, viuda del célebre jotero ‘El Pastor de Andorra’, quien con 102 años reunió el valor para asistir al entierro de su nieto dos días después del suceso.

Teruel
Eva Febrero, la viuda de José Luis Iranzo, tras haber declarado en la Audiencia, arropada por su abogado, Enrique Trebolle.
Jorge Escudero

Impactó la rotundidad de Eva Febrero al reclamar que sobre Igor el Ruso recaiga la máxima pena posible y no vea más la luz del sol. La viuda de Iranzo afirmó en la calle, concluida su declaración, que faltaron medios para capturar a un delincuente que llevaba días sembrando el pánico en la zona con sus continuos robos y que había disparado a matar con una pistola –un arma que delataba su peligrosidad– a dos vecinos de Albalate del Arzobispo a los que dejó malheridos. Sostuvo que esa carencia de recursos expuso "a un riesgo atroz" a la población y a los guardias civiles de la zona. Con todo, dijo querer aferrarse "a las cosas buenas" para seguir adelante. "Las heridas se van curando poquito a poco, con el cariño y el amor de las personas que tengo a mi alrededor, pero la cicatriz siempre dolerá", destacó.

Los Iranzo son también la imagen de la conmoción de toda una comarca sacudida por un crimen salvaje y que se sintió indefensa durante días, especialmente los que fueron del 5 de diciembre–cuando Feher hirió a los vecinos de Albalate– al 14 de ese mismo mes, cuando la fatalidad y la crueldad del psicópata diseñaron el peor de los finales para tres familias y para la pesadilla que vivían los vecinos de la zona. A las puertas del juzgado, arropando a la familia Iranzo, estuvo UAGA. "Necesitamos respuestas; no es comprensible lo que ocurrió", subrayó un portavoz del sindicato agrario y ganadero al que pertenecía Iranzo.

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