patrimonio

La nueva plaza de la Marquesa de Teruel tendrá dos niveles e incorporará arbolado

El diseño elegido para la reforma resalta el carácter monumental del entorno y refuerza el uso peatonal, además de plantear el traslado de la peña de La Vaquilla.

Recreación del aspecto que tendrá la plaza de la Marquesa tras su reforma vista desde el Museo Provincial.
Recreación del aspecto que tendrá la plaza de la Marquesa tras su reforma vista desde el Museo Provincial.
Javier Pastor y Alicia Marco.

La plaza de Fray Anselmo Polanco, popularmente conocida como de la Marquesa, el segundo espacio más monumental de Teruel tras la plaza de la Catedral, quedará reservada para el uso peatonal con árboles de gran porte y bancos, de acuerdo al anteproyecto elegido por el Ayuntamiento para su reforma, redactado por los arquitectos Javier Pastor y Alicia Marco. La remodelación, presupuestada en el programa europeo Edusi –financiado al 50% por la Unión Europea– con 750.000 euros, completará la mejora de las principales calles y plazas del Centro Histórico.

La propuesta ganadora del concurso convocado por la sociedad municipal Urban Teruel S. A., titulada "Reencuentro con la Marquesa", prevé configurar una plaza para el peatón compatible con la celebración de actividades culturales y festivas, aunque los arquitectos autores propugnan el traslado de la peña que se monta en el lugar durante las fiestas de La Vaquilla.

El proyecto planea un recinto "a la altura" del singular valor patrimonial que encierra la zona de intervención, que incluye la Catedral, el renovado Palacio de la Marquesa –rehabilitado como hotel– y el Museo Provincial, la antigua Casa de la Comunidad. El mobiliario urbano incorporará códigos QR desde los que podrá consultarse información sobre los monumentos del entorno.

La intervención abarcará también las calles adyacentes –Ayora, San Miguel y Rubio–, que recibirán un tratamiento similar a la propia plaza. Entre otras novedades respecto a su aspecto actual –con un pavimento de asfalto ocupado, mayoritariamente, por una zona de aparcamiento–, figura eliminar la diferencia de altura entre la plaza y las aceras.

El espacio disponible se dividirá en dos niveles separados por unos escalones para salvar el desnivel existente. Los árboles se proyectan frente al lado ocupado por las viviendas particulares, mientras que en el lado opuesto habrá bancos para descansar o para contemplar el entorno monumental.

Pastor y Marco señalan que su objetivo es generar un espacio para "el descanso y la contemplación" en lugar del actual "parking y vacío urbano". Los arquitectos tienen un plazo de cuatro meses para entregar el proyecto, que costará 18.890 euros más IVA.

Aspecto que tendrá la plaza de la Marquesa tras su reforma vista desde la Catedral.
Aspecto que tendrá la plaza de la Marquesa tras su reforma vista desde la Catedral.
Javier Pastor y Alicia Marco

Los contenedores de basura quedarán desterrados de la plaza, que, como señala el anteproyecto, "no es lugar de acumulación de residuos". El rediseño prevé depósitos soterrados en las calles Rubio –en la confluencia con el Tozal– y San Miguel.

En el perímetro, que estará abierto al paso de vehículos autorizados y de emergencias, se habilitará un área de carga y descarga teniendo en cuenta el carácter comercial y hostelero de la plaza. El arbolado se complementa con bancos con maceteros.

El pavimento se construirá con cuarcitas de color crema, roca caliza y "puntualmente" rodeno de color rojo. La iluminación será con columnas que permiten regular la intensidad lumínica y que también pueden utilizarse como soporte de otros servicios, como cámaras de vigilancia o altavoces.

Tras el anuncio de la remodelación, la Asociación de Amigas y Amigos de los Árboles Acacia emitió una nota en la que reclama para la plaza "una vegetación vigorosa y contundente" con bancos "ligeros" y una fuente. Denuncia que el aspecto actual es el más "feo" de los últimos 100 años, al carecer de vegetación y de cualquier elemento decorativo o de mobiliario urbano.

También al hilo de la reforma, se ha iniciado en un plataforma digital una recogida de firmas para que la actuación conserve un tramo de acera de la calle Rubio embaldosado con unos azulejos modernistas conocidos como ‘flor de Barcelona’. Los promotores de esta campaña consideran que las baldosas deben protegerse por su interés patrimonial.

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